Alemania es por el momento la única gran factoría de Tesla en Europa

Electrificación

Los coches eléctricos llevan a los fabricantes a un callejón sin salida, pues ya no necesitan gigafactorías

Unas previsiones de venta demasiado optimistas llevaron a Tesla, VW y Stellantis entre otros a sobredimensionar sus fábricas muy por encima de la demanda real

Pese a que muchos conductores de coches con motor de combustión lo celebrarán, no es una buena noticia que las ventas de coches eléctricos en el mundo entero hayan pegado un frenazo. No puede decirse, todavía, que las ventas de coches eléctricos vayan mal, pero en ningún caso cumplen con las expectativas previstas.

Es cierto que los tres principales mercados eléctricos de coches siguen registrando cifras positivas, pero ni de lejos se acercan a lo previsto ni justifica las inversiones anunciadas por los principales grupos automovilísticos mundiales.

Tesla lo adelantó

Tesla fue el primero en tomar posiciones, hace ya un año que anticipaba una bajada de ventas, lo que le hizo bajar sus precios en todo el mundo, agravando la situación para la competencia directa, fundamentalmente europea, que se ha quedado sin margen de beneficio a la hora de vender coches eléctricos.

El Tesla Cybertuck y el camión Semi se han convertido en un problema para la marca

Continuando con Tesla, que a día de hoy es la marca que pone en hora el reloj del automóvil eléctrico de todo el mundo, el propio Elon Musk reconocía que pese a su crecimiento continuado había llegado la hora de replantearse sus planes de futuro.

Menos gigafactorías

A día de hoy parece que el proyecto para la construcción de una gigafactoría Tesla en Valencia queda tan lejos como los 20 millones de coches que planeaba construir en 2030 en una docena de gigafactorías en todo el mundo.

Actualmente cuenta con seis (cuatro en los Estados Unidos, una en Alemania y una en China) y prevé abrir una próximamente en México, una estructura más que suficiente para cubrir los 1,5 millones de coches que vende actualmente en el mundo.

Esperemos que los cambios no afecten a la fábrica de VW en Sagunto, en construcción

En paralelo otras marcas como Mercedes ya han anunciado que con los precios actuales y la demanda que existe es complicado que salgan los números a la hora de vender coches eléctricos. Situación similar a la que han vivido General Motors y Honda, que han disuelto un acuerdo de colaboración para la fabricación conjunta de un coche eléctrico barato con un precio inferior a los 25.000 euros.

Toyota, por su parte, sigue su con su programa de coches híbridos tradicionales sin atreverse a dar un paso hacia la completa electrificación. Es como ese invitado en la piscina que anima a todos a tirarse al agua de cabeza pero nunca termina de lanzar.

Intereses en España

El Grupo Volkswagen, que planeaba alcanzar en un futuro unas ventas de coches eléctricos de entre nueve y diez millones de unidades, ha congelado por el momento sus planes para la construcción de nuevas factorías tras el inicio de las obras de la de Sagunto, en Valencia.

El grupo preveía la construcción de seis de estas gigafactorías de baterías y coches y finalmente ha detenido sus planes en cuatro: Suecia, Alemania, Canadá y España, lo que le permitiría cubrir una demanda anual inferior a los cuatro millones de coches eléctricos.

La demanda europea de coches eléctrificados (eléctricos e híbridos) crece a un ritmo de un 45 % anual, pero el 30 % de este crecimiento es de híbridos, que se fabrican en las factorías tradicionales de coches con motor de combustión, por lo que no requieren de gigafactorías. Mientras que los coches eléctricos sólo suponen el 15 %.

Recreación de la futura fábrica de baterías de Stellantis en Figueruelas

En Estados Unidos el mercado electrificado crece a un ritmo de un 60 %, pero partiendo desde unos niveles muy bajos, mientras que en China, el verdadero corazón mundial en materia de eléctricos, la demanda se ha ralentizado hasta un 16 %.

En este contexto no es de extrañar el comunicado del pasado viernes en el que el grupo Stellantis mostraba su decepción con la asignación que le había correspondido del Perte español, que sólo aseguraba 55 millones de euros para la puesta en funcionamiento de la nueva gigafactoría de baterías en Zaragoza, frente a los 200 millones solicitados en su momento, lo que junto a la baja demanda podría llevar al grupo francés a replantearse sus inversiones.