El EPP se posiciona contra la prohibición de vender vehículos de combustión como posible eje de su campaña

Políticas verdes

Los populares europeos plantean acabar con la prohibición de vender coches de combustión a partir de 2035

El EPP ya se opuso en el Parlamento Europeo a esta medida y ahora puede convertirse en una de sus propuestas estrella de cara a las elecciones de junio

Las elecciones europeas están cerca y se nota en las propuestas de los partidos. El crecimiento esperado de la derecha en todo el continente estaría forzando a un cambio de rumbo en el grupo liderado por el alemán Manfred Weber. Según un documento al que habría tenido acceso Politico, los populares europeos prometen acabar con la prohibición de vender coches de combustión a partir de 2035.

A esta medida ya se opusieron en el Parlamento Europeo, aunque no exenta de polémica a nivel interno ya que la actual presidenta de la Comisión, la alemana Ursula von der Leyen, ha hecho de las políticas verdes uno de los ejes principales de su legislatura, respaldada por la izquierda y los verdes.

Fuentes internas aseguran que entre ella y el que fuera máximo responsable de las políticas climáticas, el holandés Frans Timmermans, existía una competición para ver quién imponía más límites a las emisiones de efecto invernadero.

Esta carrera hacia el suicidio de la independencia estratégica europea explicaría, entre otras, la decisión de reducir en un 90 % las emisiones para 2050 –lo que denominan ‘neutralidad climática’–.

En teoría a partir de 2035 no se podrá vender ni un coche de combustión

Aunque el texto todavía no es definitivo (se discutirá la semana que viene), ya deja entrever que existe una divergencia entre el liderazgo de Von der Leyen y de Weber. En los últimos meses, con el fin de evitar una sangría de votantes hacia los conservadores de ECR e ID, el EPP se ha posicionado de manera crítica frente a las políticas verdes y la inmigración. Estos dos temas serán los principales de una campaña que se espera muy tensa dada la actual situación política, económica y social de Europa.

La líder europea todavía no ha hecho oficial su candidatura, pero es un secreto a voces que desea repetir para asentar su poder y evitar un posible giro a la derecha del nuevo Ejecutivo que salga tras las elecciones de junio. El temor por cambiar de rumbo en Bruselas une a un sector de los populares y a toda la izquierda en sus diferentes colores, incluido liberales.

Prohibición con trampa

La prohibición adoptada por el Parlamento de vender vehículos de combustión a partir de 2035 causó un gran revuelo porque significa lastrar aún más la economía europea. El sector del automóvil es una de las grandes industrias del continente –especialmente alemana, francesa e italiana– y esta decisión ponía entre la espada y la pared a los productores que no veían posible un mercado exclusivamente eléctrico con la demanda y la tecnología actual.

Por presiones de los fabricantes, se logró rebajar las pretensiones. Uno de los objetivos a partir de ahora es desarrollar lo máximo posible los combustibles sintéticos, lo que salvaría a los motores de combustión. Por otro lado, esta prohibición no afectaba ni a los vehículos de dos ruedas ni a los de gran potencia y bajo volumen de producción.

Esta enmienda se ha conocido como ‘enmienda Ferrari'. En la práctica, supone que los fabricantes de marcas exclusivas (Ferrari, Lamborghini, Bugatti, etc.) no se verían afectadas. Es decir, que los ricos podrían seguir comprando coches de combustión sin ninguna limitación o sin que nadie pudiera rechistarles por contaminar como se ha hecho hasta ahora.

La enmienda Ferrari permitirá excepciones para supercoches

Aunque los populares han planteado esta batalla, no se atreven todavía a tocar las zonas de bajas emisiones (Madrid Central es un ejemplo). Es una medida electoralista pero que, al menos, daría oxígeno a productores y consumidores durante más tiempo. Los objetivos finales siguen fijos y Bruselas quiere ser continente de cero emisiones en menos de 30 años.