Tradición
Así se bendice un coche, las claves de una tradición ya olvidada que recuerda la iglesia
Se trata de un rito muy habitual en algunas fechas señaladas, como el día de San Cristobal, patrón de los conductores
Aunque se trate de una costumbre ya casi olvidada, basta consultar con cualquier sacerdote para confirmar que la bendición de los automóviles se trata de un rito habitual que se incluye dentro de las bendiciones de objetos materiales.
Hace ya años que era habitual que los feligreses solicitaran a sus párrocos la bendición de casas, coches e incluso puestos de trabajo.
Agradecimiento
Se trata de una ceremonia breve en el que por un lado se da gracias a Dios por el bien y por otro se pide para que lo proteja de cualquier mal, tanto al propio vehículo como a sus ocupantes o moradores.
En este caso la oración termina con el sacerdote rociando el coche o la casa con agua bendita mediante su hisopo. En el caso de los coches la ceremonia se hace habitualmente en la puerta de la iglesia y termina en cuestión de minutos.
En el libro de rezos romano Rituale Romanun existe una sección destinada a la bendición de cosas materiales. En este caso tras un breve saludo el sacerdote dice esta oración en presencia del automóvil y sus propietarios.
Señor, escucha con bondad nuestras súplicas, y bendice este vehículo con tu santo poder. Confíalo a tus santos ángeles para que salven y defiendan de todos los peligros a cuantos van a viajar en él. Muéstrales el camino de la salvación, como otorgaste la fe y la gracia a aquel hombre que iba sentado en su vehículo y leía las palabras sagradas, por Cristo nuestro Señor
Tal y como explican los sacerdotes, existen otras oraciones que también pueden aplicarse a la bendición de un automóvil o moto, pero esta es una de las más habituales.
Otra alternativa
Otra alternativa muy usada es esta lectura del Evangelio según San Juan, capítulo 14 versículos 6 y 7.
«Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi padre. Ahora ya lo conocéis, lo habéis visto»
A continuación el sacerdote procede a rociar tanto la carrocería como el interior con agua bendita.
La propia Iglesia aclara que esta acción no evita los accidentes ni las averías de los automóviles, pero sí debería ayudar al conductor para que los evite conduciendo con prudencia y serenidad.
Una tradición
Hay que tener siempre presente la dimensión cristiana y humanista de la seguridad vial, que permite evitar accidentes y con ello muertes y discapacidades, un verdadero drama mucho más profundo que los daños sufridos por el propio automóvil.
Este rito es habitual en determinadas parroquias, por ejemplo el 10 de julio, San Cristobal, se hace en la iglesia de San Cristóbal de Premia de Mar, Cataluña, y el día de la Virgen de los Remedios se hace en el pueblo de Otero de Sanabria.