Esta imagen es mucho más habitual de lo que imaginamos

Práctico

Un okupa en tu garaje: cómo echar a alguien si aparca su coche en tu plaza

Aunque parezca mentira la solución a este problema no es sencilla ni rápida, por lo que conviene estar bien asesorado antes de actuar

Los episodios vecinales siguen protagonizando el día a día de edificios y comunidades. La lista de abusos por parte de aquellos con pocos escrúpulos es interminable, desde aquellos que aparcan su coche en zonas comunitarias sin el menor escrúpulo hasta los que directamente optan por aparcar su coche en la primera plaza que encuentran libre.

Vía diplomática

Estos conductores abusan de la situación sabiendo que es un problema que no tiene fácil solución, pues la policía no puede intervenir dentro de los garajes comunitarios, sino que necesita una orden judicial.

Los okupas suelen elegir bien a sus víctimas

En este caso el procedimiento más inteligente pasa por tratar de hablar educadamente con el okupa, es recomendable la mediación de un tercero, que puede ser el mismo portero de la finca o el administrador. Además de apaciguar los ánimos en caso de ser necesario, puede servir de testigo de los hechos ocurridos.

La vía legal

En caso de que la vía diplomática no lleve a buen puerto habrá llegado el momento de abrir la vía legal. En este caso ya es sabido que los plazos son lentos y la resolución no suele ser del gusto de todos. En este caso conviene saber que el Código Penal tipifica esta acción como un delito grave de usurpación:

«el que ocupare, sin autorización debida, un inmueble, vivienda o edificio ajenos que no constituyan morada, o se mantuviere en ellos contra la voluntad de su titular, será castigado con la pena de multa de tres a seis meses»

En este caso podemos estar ante un delito que puede ser castigado incluso con penas de prisión, además de las correspondientes sanciones económicas. Conviene eso sí, armarse de paciencia y hacer acopio de todas las pruebas posibles, desde fotos hasta testimonios de testigos y vecinos.

Guardaplazas, una solución poco conciliadora pero funcional

En cualquier caso jamás hay que tomarse la justicia por su mano, pues es el típico ejemplo en el que podemos incurrir en un delito mayor que el que provoca la acción del infractor.

Guardaplazas: una solución

Así que nada de dejar notas o mensajes amenazantes y menos aún rayar el coche o estropearle un retrovisor, pues en este caso las consecuencias son impredecibles.

Actualmente en el mercado hay una amplia oferta de hierros guardaplazas y mecanismos que permiten bloquear el acceso a la plaza de garaje de otros vehículos.