Marruecos, la amenaza silenciosa que podría robar a España la fabricación de miles de coches eléctricos

Conocedora de su posición estratégica Marruecos está jugando sus cartas bajo la mesa para hacerse con una posición privilegiada en el nuevo orden mundial del automóvil que ha supuesto la electrificación.

Su situación estratégica, menos de 15 kilómetros de mar la separan del continente europeo, la abundancia de fuentes de energía renovables baratas (fundamentalmente el sol), la riqueza en materias primas necesarias para la fabricación de baterías y la mano de obra económica son los principales valores de un país al que ya le han perdido el miedo los fabricantes europeos, pues tanto Renault como Stellantis cuentan con factorías en funcionamiento desde hace años.

Principal productor de África

En los últimos meses hasta cinco fabricantes chinos de baterías han confirmado la puesta en funcionamiento de plantas de baterías para coches y complementos, una señal de lo que está por venir.

De hecho el reino alauita es plenamente consciente de que los aranceles con los que amenaza Europa a los automóviles chinos pueden desencadenar la puesta en funcionamiento de factorías de coches eléctricos allí, pues en este caso les permitiría evitar los mismos, además de que los fabricantes chinos se encuentran en Marruecos con unas condiciones laborales mucho más parecidas a las que hay en China.

Condiciones laborales mejorables

Para hacernos una idea, el salario de los trabajadores de factorías de automóviles en funcionamiento en Marruecos está entre los 250 euros al mes y los 1.000 euros, con un salario medio de 500 euros. Eso sin hablar de condiciones laborales o los días de descanso, elementos que aportan a sus fábricas una ventaja competitiva inigualable.

Este mismo año y como consecuencia de la negociación de los planes de ayuda y fomento a la producción Perte, Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ya anticipó que no era descabellado imaginar la fabricación de más coches en Marruecos, al igual que habló de otros destinos como Hungría o Polonia. De hecho Stellantis ha multiplicado la producción de coches y motores en la planta de Kenitra los últimos meses.

Renault, por su parte, está feliz con sus dos plantas de Tánger y Casablanca, donde produce la casi totalidad de los modelos de Dacia: Logan, Sandero, Lodgy, Dokker…

A día de hoy el automóvil supone ya el principal sector de las exportaciones de Marruecos, por encima de la producción agrícola, y su rey Mohamed VI ha mejorado todas las infraestructuras que permitirían a sus fábricas actuales aumentar su producción, desde autopistas y carreteras hasta trenes y puertos, toda una declaración de intenciones.