Práctico
El truco para distinguir un vado legal de otro falso en el que puedes aparcar tu coche
Este detalle permite distinguir un verdadero vado de otro en el que tan sólo se usan distintivos que pueden no ser válidos
En España hay actualmente millones de vados en funcionamiento. Se tratan de plazas de aparcamiento en las que no es legal estacionar al existir una señal que las convierte en zonas de paso hasta garajes y similares.
La legislación y organización de los mismos depende de los ayuntamientos, que los regula mediante ordenanzas municipales.
La placa, obligatoria
Genéricamente los vados deben contar con una señal del tipo R-308, que debe estar convenientemente homologada y realizada sobre una chapa de acero de dos milímetros de grosor.
Pero la placa debe tener más elementos para que pueda ser considerada válida. Debe disponer también del correspondiente escudo y el nombre de la localidad en cuestión que otorga el vado, a la vez que debe disponer de un número de licencia (obligatorio) y de otras peculiaridades que afectan al vado, como por ejemplo horarios de las restricciones de aparcamiento.
Ojo a los falsos vados
Conviene saber que la placa con todos estos elementos es obligatoria y es la que diferencia un vado legal de otro que no lo es. En paralelo, los vados suelen acompañarse de un rebaje en la acera y de pintura amarilla también en la acera, aunque estos últimos elementos no son obligatorios.
En última instancia conviene consultar las ordenanzas municipales de cada localidad, que son las que desarrollan las características que debe cumplir un vado y su funcionamiento.
Ordenanzas locales
En cualquier caso, al solicitar un vado y en función de las ordenanzas municipales, puede que sea el propietario quien tenga que correr con los gastos de la obra para el rebaje de la acera. Además, si optamos por no renovar el permiso, habría que devolver la acera a su estado original.
Lo que no es válido en ningún caso es un vado en el que la placa o señal no cuente con el citado número de licencia y la referencia al ayuntamiento que lo otorga, la única manera de saber que está al corriente de pago.