DGT
La falta de mantenimiento de las carreteras podría servir de excusa para anular miles de multas
Todos los detalles son pocos antes de dar por buena una multa y pagarla. Los conductores no sólo tienen derechos, sino que también deben hacerlos valer
Cualquier conductor mínimamente observador que viaje con relativa frecuencia se habrá dado cuenta de que tanto en las carreteras nacionales como en las autopistas algunas señales están duplicadas a ambos lados de la misma.
Aunque nunca hayamos reparado en ello no se trata de algo casual, sino que existe una razón por la que algunas señales están duplicadas a ambos lados de la carretera mientras que otras tan sólo están en el lado derecho o el izquierdo.
A los dos lados
En este caso según establece el Instrucción de Carretera Norma 8, referente a la señalización vertical, hay una serie de señales que deben situarse a ambos lados de la carretera para asegurar la correcta visibilidad de los conductores, que podrían no verlas de forma adecuada cegados por otro coche o por un camión.
En este caso la reglamentación hace referencia las señales de advertencia de peligro y a las de reglamentación.
Las señales de advertencia de peligro suelen situarse entre 150 y 250 metros antes del mismo, mientras que las señales de reglamentación son las que indican a los conductores obligaciones, limitaciones o prohibiciones.
Problemas de colocación
Estas deben ir ubicadas a partir del punto en el que está vigente la limitación o prohibición en cuestión y hasta la finalización de la misma.
Pues bien, fruto de la falta de mantenimiento de las señales de carretera o por cualquier otro motivo, puede que alguno de estas señales haya desaparecido, lo que supondría un motivo más que evidente de cara a recurrir una multa de tráfico con éxito.
En este caso para que una sanción sea válida debe haber una serie de requisitos que debe cumplir la DGT, entre ellos que la señalización sea correcta.
La última palabra
Por este motivo si la legislación establece que deben existir dos señales, una a cada lado de la carretera, para por ejemplo indicar el límite de velocidad de una travesía (siempre que sea inferior al genérico de una vía) y esto no es así sería un motivo más que suficiente para solicitar la anulación de una sanción de tráfico por problemas de señalización.
En último caso los tribunales tienen la última palabra y en numerosas ocasiones las sentencias no han sido del gusto de la DGT.