La zona trasera de un coche de policía no es muy acogedora

Curioso

La razón menos conocida por la que deberías evitar que te lleven en un coche patrulla

Aunque no es del dominio público, hay determinados detalles que hacen que los coches de policía no sean el transporte más cómodo

Más allá de que te detenga la policía, en cuyo caso no tendrás la posibilidad de elegir, si en alguna ocasión la Policía Nacional te invita a llevarte en el coche patrulla deberías pensártelo dos veces, sobre todo tras el vídeo que nos muestra este influencer en el que se muestra la realidad de las plazas traseras de estos vehículos.

Transformación completa

Las Fuerzas de Seguridad compran habitualmente grandes flotas de coches patrullas que además de los propios vehículos incluye una profunda transformación, que va desde la identificación exterior con luces, vinilos y rotativos, hasta la interior, mucho más compleja.

La transformación exterior e interior vale miles de euros

En este caso es importante dotar al interior del patrulla de múltiples aparatos electrónicos, desde cámaras lectoras de matrículas e interiores hasta una pantalla multimedia y mandos para el control de todos los rotativos, altavoces, mampara, soportes para el arma y en general todo lo que cabe imaginarse de un vehículo de estas características.

No es muy cómodo

Lo que no es tan habitual es conocer la transformación que sufren en las plazas traseras. Más allá de la mampara, las butacas y los guarnecidos desaparecen y se transforman en un banco duro que normalmente es de fibra o plástico y se le hace un vierteaguas (desagüe) a los bajos del vehículo.

Así queda un coche patrulla en la parte trasera

Esto permite ganar espacio, pues la mampara roba mucho, y que no haya materiales textiles que puedan absorber cualquier tipo de líquido, desde sangre a vómito y orina.

En paralelo, el desagüe inferior permite limpiar y desinfectar rápidamente esta parte del coche con una manguera. Una zona no muy recomendable para visitar.

Este tipo de vehículos son conocidos en el argot policial como coches Z y suelen adquirirse por concurso público al fabricante de automóviles que realiza una oferta más económica. En España los hay de marcas tan distintas como Skoda, BMW o Citroën, aunque ahora se da prioridad a los vehículos híbridos e incluso eléctricos.