La DGT recupera sus temidos helicópteros: horas y zonas dónde es más fácil encontrarse con uno

Hace menos de dos años que la DGT se enorgullecía de su dotación de medios aéreos, compuesta por una docena de helicópteros llamados Pegasus en honor al nombre del radar que lucen en uno de sus patines y por un número indeterminado de drones.

Aunque los drones son mucho más discretos y difíciles de detectar por los conductores, los Pegasus resultan mucho más temibles por un sencillo motivo, los helicópteros disponen de radar de velocidad pero los drones no, pues de momento no está homologado montar radares en este tipo de equipos.

El problema es que en el último año los helicópteros de la DGT no han salido muy bien parados, de hecho se han convertido en una división cuestionada por el organismo tras un par de siniestros en situaciones difíciles de explicar.

Desterrados

El primero de ellos cayó a tierra en Madrid, tras lo que el piloto salió corriendo y se ocultó en su casa hasta que fue a buscarle la Guardia Civil. El segundo se estrelló en Almería mientras el piloto ‘estacionaba’ el aparato en un bar de carretera donde la tripulación solía almorzar a diario…

Hay también constancia de al menos un par de unidades averiadas que la DGT no podía reparar por su elevado coste. En definitiva y aunque nadie sabe el número de helicópteros que le quedan a la DGT podemos conjeturar que sean entre siete y ocho.

Tras los malos datos de siniestralidad acumulados en las carreteras durante este año la DGT ha decidido volver a confiar en ellos, y tal como ha explicado en un comunicado reciente va a incrementar el número de horas de vuelo para tratar de poner orden en las carreteras españolas.

Este tipo de aparatos patrullan todo tipo de carreteras, aunque lógicamente en fechas de elevado número de desplazamientos por carreteras es habitual que se centren en el control de las autopistas, mientras que los fines de semana optan por carreteras secundarias.

Segunda oportunidad

Durante el vuelo, el piloto va acompañado de un operador de cámara a bordo, que se encarga del manejo de la cámara y va escaneando coche a coche hasta que encuentra alguna infracción, que puede ser desde que el conductor vaya usando el móvil hasta que algún ocupante no use el cinturón.

A estas infracciones suma las de velocidad, en total este tipo de equipos llegan a poner más de 20 multas por hora, aunque precisamente su principal limitación está en el número de horas de autonomía, pues su elevado consumo de combustible provoca que sólo puedan patrullas dos horas hasta volver a la base.

Sus limitaciones

Otro de sus límites hace referencia al tiempo atmosférico, pues sólo vuelan con condiciones óptimas de visibilidad, entre otras cosas porque no tiene sentido tenerlos en vuelo si no pueden ‘ver’ y grabar las infracciones de los conductores. Razón por la cual es más fácil encontrarse con uno en las horas centrales del día, pues huyen de amaneceres y anocheceres.

Por último, para poder determinar la velocidad exacta de los coches necesita ‘medirles’ durante 10 segundos como mínimo para que el dato sea válido y no una estimación.

Máquinas de multar casi perfectas que vuelven al aire en estas fechas como último recurso de la DGT para revertir unos datos en carretera que son preocupantes.