Pedro Sánchez durante su reciente visita a China

Industria

Sánchez deja vendida a la industria española del automóvil al criticar los aranceles a los coches chinos

El presidente se ha reunido con algunos grupos automovilísticos chinos con los que ha compartido una postura abiertamente contraria a los aranceles que acaba de anunciar Bruselas

El automóvil parece protagonizar la agencia informativa de Pedro Sánchez los últimos días, tras su desliz sobre Lamborghini y el Grupo Volkswagen, el presidente español ha mantenido una jornada maratoniana con varios gigantes chinos del automóvil durante su visita a aquel país para tratar de atraer inversiones.

En su primera reunión con Envisión, firmó un memorando de entendimiento que incluye la construcción de una planta de hidrógeno verde en España que supone una inversión de 900 millones de euros adicionales a los 2.500 de la planta de baterías que el grupo construye ya en Navalmoral de la Mata.

Planta de hidrógeno

Horas después se veía con los máximos responsables del gigante automovilístico chino SAIC, más conocido en España por la marca MG, a los que trató de convencer de la idoneidad de España como destino de su nueva fábrica de coches, una elección en la que se enfrenta a países como Hungría o la República Checa, que hacen valer un posicionamiento geográfico privilegiado para el mercado centroeuropeo.

El nuevo MG ZS podría producirse en España

SAIC tiene fuertes intereses en la puesta en marcha de una planta en Europa para saltarse los aranceles de un 36 % a los que deben hacer frente sus coches, tal y como anunció recientemente Bruselas. Recordemos que el grupo chino ha sido uno de los más afectados por los aranceles por su falta de colaboración en la investigación iniciada por Bruselas, lo que puede suponer un serio revés para su meteórica trayectoria en el Viejo Continente.

Adiós aranceles

MG es la marca china que ha logrado mejor penetración y no es gracias a sus modelos eléctricos precisamente, sino a un SUV gasolina de bajo coste (ZS) con el que ha logrado unas ventas absolutamente impensables, con unas 30.000 unidades y un 3,1 % de cuota de mercado en España en 2023. Unas cifras que podrían hacer peligrar.

El grupo chino valora dos soluciones, la primera es ensamblar sus coches en alguna de las factorías que ya hay en España (se habló de Ford) alquilando una zona, o construir una factoría completamente nueva para la que Galicia o Asturias podrían ser los emplazamientos ideales.

Pedro Sánchez y su delegación junto a directivos de SAIC

Sánchez trató de seducir al presidente de SAIC, Wang Xiaoqiu, con la posición estratégica de España en lo referente a energías renovables, a las que llegó a denominar «el nuevo petróleo».

Los aranceles son la espuela

El presidente aprovechó para decir a los responsables chinos lo que querían oír, cuestionando la idoneidad de los aranceles que Europa acaba de poner a los coches chinos, una posición que a grandes rasgos no favorece ni a la industria automovilística nacional, ni a la puesta en funcionamiento de nuevas fábricas chinas.

Lógicamente los aranceles son la espuela que empuja a los fabricantes chinos a producir dentro de Europa para evitar pagarlos, por lo tanto si desaparecen los aranceles desaparecerá su necesidad de poner fábricas en Europa, pues sigue siendo más barato y cómodo para ellos traer los coches en barco.

Las multinacionales chinas no tienen problema en seguir trayendo sus coches en los inmensos barcos

La posición contraria a los aranceles compromete además la posición española del automóvil, pues España es el segundo productor de coches de Europa, con plantas de Ford, Renault, Seat, Citroën, Opel… Firmas que pueden verse seriamente perjudicadas por la libre entrada de vehículos subvencionados en origen y a un precio inalcanzable para nosotros. A día de hoy España no fabrica coches de lujo destinados a la exportación a Asia, sino coches pequeños y compactos para el mercado europeo, justo los que corren más riesgo actualmente.

El sector porcino, afectado de rebote

«No necesitamos otra guerra, en este caso una guerra comercial», añadió Sánchez durante su comparecencia, que aprovechó para explicar a las autoridades chinas su «sorpresa» por haber involucrado posibles sanciones al sector del porcino español en este conflicto comercial del automóvil eléctrico.

En el primer semestre de este año, España exportó a China mercancías por valor de 3.474,46 millones de euros, de los cuales 511,37 –la mayor partida– correspondieron a carne de cerdo. Concretamente, 269,63 millones fueron de carne fresca y 241,73 millones a despojos comestibles y tocino.

Nuestro país es el primer suministrador de productos porcinos al gigante asiático por delante de Estados Unidos, Brasil, Países Bajos y Canadá. Datos que dan idea sobre la importancia de este sector al que trató de lanzar un mensaje tranquilizador, «pueden tener la garantía de que el Gobierno de España va a defender sus intereses».