Seguridad vial
¿Por qué no deberías usar las plataformas de carga para móviles que llevan algunos coches?
La tecnología ha provocado que el equipamiento de los coches parezca no tener fin, aunque algunas de las opciones no son del todo recomendables
La plataforma para recargar los teléfonos móviles se ha convertido en uno de los opcionales que más piden los compradores de coches. La verdad es que es comodísimo poner el móvil sobre una superficie lisa en el salpicadero y que el móvil se cargue sin necesidad de usar ningún cable.
Más cómodo aún es que el coche y el teléfono se conecten sin necesidad de usar ningún cable, sino que lo hacen por ‘ondas’, una maravilla para usar el móvil a través de la pantalla del coche o escuchar música.
Sin cable
Es cierto que algunas de estas pantallas llevan elementos de sujeción para el teléfono móvil que impiden que se mueva en las curvas o en los frenazos o acelerones, pero la realidad es esa, que sólo algunos lo llevan.
En otros coches es cierto que el móvil queda expuesto en un lugar con excelente visibilidad para ver la pantalla desde el puesto de conducción sin tocarlo, pero esto no quita el peligro que existe en su ubicación.
Efecto elefante
En este caso el peligro llega de la mano del efecto elefante, y es que en caso de accidente las consecuencias de llevar un objeto de estas características suelto son impredecibles.
Para hacernos una idea de lo que hablamos, a 75 kilómetros por hora el cuerpo de una persona de 75 kilos se convierte en una masa de 4.200 kilogramos que puede llegar a aplastar a cualquiera de los ocupantes, razón por la que debemos llevar siempre el cinturón de seguridad puesto.
Pero este mismo efecto afecta por ejemplo a un simple ordenador portátil, en este caso un equipo de algo más de dos kilogramos de peso, se transformaría en un objeto de 85 kilos, una verdadera barbaridad que puede matar a una persona.
El móvil volando
En el caso del móvil hay que tener en cuenta que un simple teléfono iPhone de la marca Apple de última generación que pesa 170 gramos se convertiría en un objeto de más de 8 kilos de peso que flotaría por el coche a gran velocidad y podría matar a una persona si le impacta en la cabeza.
Razón más que suficiente para que todas las plataformas de carga tuvieran una sujeción que evitara este peligro inminente.