Pierre Leclercq, director de diseño de Citroën: «Reinventar la imagen de esta marca ha sido un verdadero reto»

Tras casi seis años al frente del diseño de Citroën, marca propiedad del Grupo Stellantis, Pierre Leclercq ha sido responsable de llevar a cabo uno de los mayores retos a los que se puede enfrentar una marca: reinventar el lenguaje estético de sus modelos.

Hace sólo dos años su estudio de diseño de París dio a luz el Oli, un prototipo que esconde el código genético estético que lucirán los modelos de la marca que están por llegar.

Con el Oli empezó todo

«Citroën es una firma con coches muy fáciles de entender, divertidos y con un código genético muy marcado», comienza Pierre, que explica que llegó a Citroën con la misión de crear el nuevo lenguaje de diseño. Para ello partieron de una hoja casi en blanco pero con una visión muy clara de la herencia que suponen los dos chevrones.

Una firma que ha creado vehículos con una imagen tan marcada como el 2CV, un verdadero reto para cualquier diseñador al que le encargan reinventar la estética de un fabricante.

Leclercq reconoce que el reto no fue fácil, «Otras marcas permiten evolucionar la estética, pero Citroën no, esta firma tiene que reinventarse por completo. Pedimos la colaboración de todos los diseñadores de la marca para que participaran en un taller a partir del nuevo logo, respetando siempre lo inesperado y la disrupción de una marca con modelos tan mercados como el citado 2CV».

Una hoja casi en blanco

El pequeño AMI supuso un punto de inflexión muy importante para la imagen de la firma, «un coche en el que el frontal y la trasera son iguales y que nace fruto del consenso entre el diseño y la economía productiva, pues el precio era una de las claves de su pliego de desarrollo».

Tiempo después el Oli llevaba esta filosofía hasta un modelo de calle, «este prototipo nació con la intención de llamar la atención de la gente. Un prototipo que nace con el objetivo de ser útil y funcional pero sin pasar desapercibido. Los coches de Citroën deben tener personalidad, ser funcionales y tener un precio razonable».

Tal y como se ve en el C3 y el C3 Aircross, «los modelos de calle derivados del Oli. El objetivo es mantener la simplicidad de formas del Oli pero ser atractivos, que cada centímetro cuadrado del coche tenga el ADN de la marca, algo muy importante dentro del grupo Stellanti, con 14 firmas en la actualidad».

Del Oli nace el C3

«El Oli y con ello el C3 hace de la pureza de formas y el contraste de colores su principal seña de identidad, todo ello con una firma lumínica que no pasa desapercibida y va a ser seña de identidad para futuros modelos de la marca como veremos en breve en futuros modelos».

«C3 y C3 Aircross son los primeros exponentes de la nueva identidad de marca, tienen un frontal muy vertical para diferenciarse, un frontal con fuerza para que se distingan en el mercado. Estos coches fueron un gran desafío al principio, pero ahora la dirección está marcada».

Respecto a lo que está ocurriendo en el sector en la actualidad, Pierre considera que las firmas chinas «están a la cabeza en el mundo en materia de tecnología de electrificación pero no en diseño, con una buena estética válida en su mercado pero difícil de exportar a Europa».

De la misma manera, las plataformas y los motores determinan en buena forma la estética de los coches, pues no es igual la «libertad que otorga trabajar sobre coches eléctricos que hacerlo sobre vehículos multienergía que lo mismo pueden llevar motor eléctrico que de combustión».

De cara al futuro anticipa la llegada de «nuevos materiales renovables y reciclables, un factor a los que los compradores dan cada vez más valor, a la vez que la silueta de los coches va a tener que evolucionar para cumplir con los nuevos límites de emisiones que impone Europa».