Pedro Sánchez junto a un coche eléctrico de la marca Cupra fabricado en Alemania

Industria

El motivo del cambio de opinión de Sánchez respecto a los aranceles a los coches chinos que rompe Europa

Europa trata de proteger al automóvil europeo de su desaparición ante la superioridad aplastante de la industria china en materia de coches eléctricos

Tras el fracaso de la reciente reunión en Pekín entre la Comisión Europea y el Gobierno chino para tratar de suavizar los aranceles a los coches eléctricos chinos, Bruselas quiere hacer valer ahora más que nunca una postura de fuerza que evite que el automóvil europeo quede en una posición de debilidad frente a los coches chinos.

¿Quién pierde más?

Es cierto que una guerra de aranceles actualmente no le interesa ni a China ni a Europa, pero Bruselas no puede consentir el desembarco libre en territorio europeo de millones de vehículos eléctricos a precio de risa, dando una ventaja irrecuperable a la industria automovilística de este país, que lleva casi una década preparando este desembarco tras la excusa de las reducción de emisiones contaminantes.

Europa compró a pies juntillas el discurso de la descarbonización de la atmósfera y la electrificación, y mientras China preparaba el desembarco durante la COVID, Europa estuvo más preocupada de intentar que las fábricas de automóviles no parasen a causa de la falta de microchips que de desarrollar coches eléctricos.

Las bodegas de los barcos chinos viajan cada semana a Europa llenos de eléctricos

Hasta aquí todo sería normal en un sistema capitalista de no ser porque el Gobierno de China lleva años subvencionando a las marcas de su país para el desarrollo de estos vehículos. Miles de millones de yuanes que estas firmas han recibido vía instalaciones gratuitas en las que no pagan ni 'la luz'.

CSI europeo

En la primavera de este año la Unión Europea llevó a cabo una investigación para valorar el importe de los aranceles a estas marcas y el oscurantismo fue total en algunas de ellas, a las que han penalizado con aranceles de casi el 40 %.

El propio presidente de Ford planteaba recientemente tras un viaje a China la extinción de los fabricantes occidentales a causa de lo que allí vio, coches con más de 500 kilómetros de autonomía por menos de 10.000 dólares al cambio.

Pedro Sánchez junto al presidente de China durante su visita

Hace menos de una semana Pedro Sánchez era el único presidente europeo que se desmarcaba de esta postura común ante el presidente de China, Xi Jinping, y el del grupo automovilístico SAIC Motor (dueña de MG), Wang Xiaoqiu, uno de los más fuertes del país, pidiendo el fin de los aranceles de los coches chinos.

Sánchez el 'engatusador'

Una medida populista que debilita enormemente a la Unión Europea en las negociaciones, pues recordemos que España es hoy el segundo fabricante de coches en Europa, produciendo sobre todo coches de segmentos bajos y medios, los que más pueden sufrir esta invasión oriental.

En este caso y leyendo entre líneas, Pedro Sánchez trataba de engatusar a la multinacional china para que haga aquí la factoría de vehículos que estaría estudiando construir el grupo. En la actualidad SAIC valora tanto España como la República Checa y Hungría para su nueva planta, unos países con una posición geográfica mejor que la española de cara a el mercado centroeuropeo del automóvil.

Hong Guang Mini, el coche más vendido en China, 4.000 euros y 200 km de autonomía

Es cierto que el automóvil europeo tiene muchos intereses en China y que marcas como el Grupo Volkswagen o Mercedes comercializa allí el 50 % de su producción, de ahí la importancia de una negociación unida de los 27 países miembros de la UE para que más allá de la fábrica que Pedro Sánchez quiso traerse debajo del brazo, el automóvil europeo vuelva a hacerse con la batuta de la industria automotriz mundial.