Los atascos suelen tener siempre origen en el factor humano

Práctico

Un camionero español desvela el origen de los interminables atascos que sufrimos a diario: «Son tontos»

El origen de los atascos es uno de los secretos que nadie ha sabido explicar a día de hoy, aunque este camionero trata de hacerlo de una forma un tanto peculiar

Hoy en día es muy difícil que algo se escape a los objetivos de las cámaras, prácticamente todo lo que ocurre está grabado en tiempo real, especialmente lo que sucede en las carreteras, pues gran número de coches cuentan ya con cámaras on board que graban ya con calidad excelsa lo que sucede.

Este tipo de grabaciones son muy útiles en caso de robo o accidente, lo que ha hecho que cada vez más gente las compre y las instale en su coche. Todo ello sin citar los que usan su propio móvil para grabar algo en concreto mientras conducen, una infracción sancionada con 200 euros y 6 puntos del carnet.

Todo está grabado

En este caso es un camionero quien dispone de una cámara en el parabrisas delantero con la que graba lo que está ocurriendo delante de su vehículo para subirlo instantes después a redes sociales.

El atasco está formado por más de un centenar de vehículos

El camionero da cuenta de un importante atasco en el que un centenar de coches está literalmente parados haciendo cola en lo que parece ser una salida de la autopista o algo similar. Incluso en un momento del vídeo les llega a llamar «tontos».

Un centenar de coches

Para su sorpresa al llegar al inicio del embotellamiento descubre realmente que no se trata de un atasco, sino que es una acumulación de conductores que se han ido parando tras lo que parece un camión averiado que se ha quedado tirado en la vía de desaceleración de una autopista.

El problema, es que al pararse un coche muchos vehículos han ido deteniéndose justo detrás, lo que ha provocado una espectacular retención que de continuar así terminará por afectar a otros carriles de la carretera y con ello a toda la autopista.

Un verdadero desastre para la circulación, pues en este caso la pérdida de tiempo es incalculable si la multiplicamos por el número de coches, todo por unos hechos sin el menor sentido.