Nostalgia
La marca de camiones y deportivos creada por Franco en los 50 cuyo logo es icono de camisetas y tatuajes
No hay un solo pueblo en España donde el caballo volador de esta firma no luzca en algún rincón, una firma que sirvió de escaparate europeo para la industria española de los 50
Corrían los años 50 cuando tras unos años de aislamiento internacional, en muchos casos forzado, el Gobierno de Franco puso toda la carne en el asador para la industrialización de un país que necesitaba buscar su pulso económico y reclamaba un lugar dentro de la Europa de la época.
En aquel momento el Gobierno de Franco fundó empresas que años después se convertirían en el estandarte económico del país, como Seat, Ebro o Pegaso.
El caballos volador sin alas
Esta última era la marca de la Empresa Nacional de Autocamiones (Enasa) con la que comenzaba la comercialización de una completa gama de camiones a prueba de ‘todo’ que eran imprescindibles para la industrialización de un país que estaba decidido a dar el salto hacia una economía capitalista.
El éxito de Pegaso fue tal que se convirtió en uno de los principales fabricantes de camiones y vehículos industriales a nivel europeo, e incluso el Gobierno de la época se decidió a hacer de esta marca un producto de marketing para el resto del mundo, lanzando una gama de vehículos superdeportivos con una cotización hoy absolutamente inimaginable.
Icono de españolidad
Estos deportivos serían la mejor muestra de lo que era capaz de hacer la industria nacional y rápidamente fueron reconocidos en todo el mundo.
El ingeniero Wilfredo Ricart estuvo detrás de la fundación de la marca, tras años trabajando en el departamento de aviación de Alfa Romeo Ricart traía una imagen muy moderna de la industria de la automoción.
Inspiración italiana
Se cree que Ricart se inspiraría en los logos de marcas como Ferrari para el logo de Pegaso, aunque para evitar problemas pintó un caballo sin alas dentro de un círculo y sobre una gran V que simboliza los motores V8 de la época.
Los automóviles Pegaso se convirtieron en un símbolo de la industria autárquica española, con vehículos de lujo como los Z-102 y Z-103, deportivos para los que Ricart contó con la ayuda de antiguos compañeros de Alfa Romeo.
Esta marca sirvió para motorizar a personajes de la época como el Sha de Persia o Barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, tomando parte en carreras míticas de la época en representación de la industria nacional como las 24 Horas de Le Mans o la Panamericana.
Valor incalculable
Pegaso dejó de hacer deportivos en 1957 tras casi un centenar de coches y otras tantas carrocerías, entonces costaban unos 15.000 dólares.
Hoy tienen una cotización entre los 500.000 euros y el millón de euros en función de su estado. Mientras que los camiones se han convertido en la mejor imagen del despegue económico nacional, vehículos que han motorizado a media España y que han cumplido con honores también en el ejército o en el Rally París Dakar, pese a que la marca fue vendida a Iveco en 1990.