El chaleco con el airbag inflado

Seguridad vial

Los motoristas de la Guardia Civil reciben sus chalecos con airbag años después de lo previsto

Este dispositivo, que puede llegar a ser obligatorio en las motos de carretera, reduce las lesiones graves en caso de accidente hasta un 35 %. Cuestan unos 500 euros la unidad

Hace ya años que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil lleva solicitando la necesidad de incorporar los chalecos con airbags a la indumentaria de los motoristas del cuerpo.

De acuerdo con datos del Observatorio para la Seguridad Vial, este tipo de dispositivos reduce en un 35 % el riesgo de sufrir lesiones vitales en caso de accidente, mientras que las leves las reduce en un 25 %.

Seguro de vida

Finalmente y aunque con importantes retrasos en su adjudicación parece que la Agrupación va a comenzar a recibir los primeros 4.600 equipos para los que había un presupuesto inicial de 2,5 millones de euros, lo que da un coste de algo más de 540 euros por unidad.

Marlaska y Pere Navarro durante la entrega de las primeras unidades

Tal como pedían los agentes los chalecos tienen dispositivo pirotécnico electrónico, es decir que se activa sin necesidad de cables por sensores de movimiento, que tan pronto como detectan la caída lo hinchan protegiendo tórax, espalda, cuello y abdomen, algunas de las zonas más sensibles en caso de accidente.

Electrónicos

Adicionalmente estos equipos, que están diseñados a juego con el uniforme de los agentes, están fabricados en material antiabrasivo para protegerlos en caso de caída sobre asfalto, lo que ya de por sí reduce muchísimo sus consecuencias.

Uno de los chalecos inflados

Los chalecos disponen de botella de gas de ubicación exterior para su funcionamiento, cierre por cremallera y en su diseño debe primar la libertad de movimientos de los agentes, especialmente en zonas como cuello y axilas.

Disponen de bolsa de transporte y en su diseño se incluyen también zonas reflectantes para mejorar la seguridad. Estos equipos llegan con garantía de siete años y deben permitir portar el arma reglamentaria, encararla y hacer fuego en las distintas posiciones de tiro, deben estar fabricados respetando las diferencias morfológicas de hombre y mujer y en tallas XXS; XS, S, M, L, XL y XXL.