Conductores suicida
Kamikazes, cuando todo el mundo circula en dirección contraria menos tú
Hace menos de dos años la Policía denunciaba mafias que apostaban hasta 200.000 euros por el conductor que pensaban que aguantaría más kilómetros circulando en sentido contrario
Hace años que se hizo muy popular un chiste de Arévalo en el que un conductor escuchaba a través de la radio del coche el aviso de que un conductor circulaba en sentido contrario por su misma carretera, en este caso nuestro protagonista respondía jocosamente: «uno no, muchos…». Obviamente, él era el kamikaze.
Una realidad que explica el trasfondo que hay detrás de los conductores kamikazes, y que esconde un problema mucho más complejo de lo que parece.
Suicidios al volante
Para empezar conviene saber que las estadísticas de kamikazes se han disparado los últimos años, hemos pasado de entre 17 y 20 casos al año entre 2014 y 2018, a 154 casos reconocidos en 2021 y 208 en 2022.
Pero el problema es que en este caso las estadísticas juegan en contra, porque sobre el asfalto los agentes que levantan el atestado contabilizan este tipo de accidentes como cualquier otro, por lo que hasta ahora era muy habitual que ni siquiera se contabilizaran como conductores suicidas, sino como simples accidentes con fallecidos y heridos.
Sin contabilidad
La realidad es que ahora los teléfonos móviles y las cámaras que monitorizan casi todas las autopistas en tiempo real, permiten conocer la existencia de un kamikaze antes incluso de que haya un accidente, y contabilizarlo como tal.
Esta misma semana un conductor borracho y drogado que circulaba en sentido contrario por la AP-68 en Logroño colisionaba de frente contra un coche matando a una mujer embarazada y a su futuro bebé de ocho meses. Un hecho que desafortunadamente se repite con demasiada frecuencia tanto en España como en Europa.
En el continente se contabilizan al año en torno a los 4.500 casos de kamikazes, una situación muy compleja que esconde distintas realidades. De acuerdo con la fiscalía de Seguridad Vial española, hay que distinguir entre tres tipos de kamikazes, tres perfiles muy diferentes y como tal deben ser tratados en los tribunales.
Tres perfiles y un destino
Por un lado, están los borrachos y drogadictos que en un momento de exaltación y pese a poner en riesgo su vida deciden circular en sentido contrario por una carretera.
Sin duda se trata del más preocupante de todos los perfiles, una situación similar a los jóvenes que deciden saltar de balcón en balcón o cualquier otra locura, con la diferencia de que en este caso ponen en riesgo la vida de otros vehículos en la carretera.
El segundo de los casos hace referencia a los conductores que sencillamente se equivocan y se meten en sentido contrario. Aunque no lo parezca, es muy habitual y basta con recorrer rotondas de autopistas para darse cuenta de que no es tan complicado.
En este caso es inconcebible que la DGT no tome cartas en el asunto mejorando la señalización e incluso usando barreras físicas que impida la entrada de coches en sentido contrario.
Sin ir más lejos, el pasado 1 de septiembre fallecían tres adultos en el kilómetro 16 de la carretera de La Coruña (A-6) cuando un joven acompañado de su hermano entraba en el carril contrario a las 6 de la madrugada al regresar a casa de tomar unas copas.
Un videojuego muy real
Por último el más marginal de los casos es el de los enfermos mentales que en pleno brote psicótico deciden cometer esta barbaridad, tal y como ocurrió hace unos años en Almería, cuando un joven tras pasar horas con un popular videojuego de coches en el que la base es cometer delitos (Grand Theft Auto) decidía llevarlo a la vida real.
Por último y aunque no lo diferencien en los estudios, habría que añadir la categoría de las apuestas, un subtipo de los borrachos y drogados que llegan a jugarse miles de euros por el conductor que piensan que va a aguantar más kilómetros circulando en sentido contrario a cambio de un pellizco de ese dinero, tal y como ocurrió hace dos años con una red desarticulada en Sevilla y Málaga.
Todos los casos tienen en común unas penas muy elevadas, y si además hay fallecidos de por medio entramos en el terreno de los homicidios, aunque serán los tribunales los que decidan la gravedad y la culpa.
Arruinar tu vida y la de otros
La DGT, por su parte, aplica la más grave de las sanciones, conducción temeraria, que se castiga con 500 euros y 6 puntos, a lo que hay que sumar el delito 381 del Código Penal que incluye penas de prisión de 2 a 5 años, multa de entre 12 y 24 meses y retirada de carnet de 6 a 10 años.
A efectos prácticos, encontrarse con un kamikaze es una de las mayores desgracias que puede ocurrirle a un conductor en carretera. En este caso, la lógica y la experiencia dice que estos vehículos suelen circular siempre por el carril izquierdo o el central, sobre todo si se han confundido y no lo saben, pues tienden a conducir como si fueran por una carretera normal.
Cómo actuar frente a uno
En este caso el único consejo válido es tratar de circular siempre de noche por el carril derecho para tener mejor visión de los que vienen y en caso de detectar uno de estos coches no cometer brusquedades ni dar frenazos, sino que hay que ir suavemente al carril derecho y pararse en el arcén con los cuatro intermitentes encendidos.
Algunas empresas de componentes como Bosch han desarrollado sistemas de aviso dentro de los coches para advertir al conductor de que circula por el carril contrario, junto con sistemas de llamada automática a la Policía, pero la realidad es que no se trata de un método muy efectivo en este tipo de situaciones.