El arranque y apagado de un coche merece algo de atención

La regla del minuto

¿Cuánto tiempo tienes que esperar antes de apagar el motor de tu coche?

Esta sencilla regla recomendada por mecánicos y expertos del automóvil puede ayudarnos a evitar averías de motor muy caras

El motor de un automóvil es una de las mayores obras de ingeniería que utilizamos en nuestro día a día. Hablamos de entre 500 y 1.000 piezas que funcionan simultáneamente, muchas de ellas con movimiento y rozamiento, lo que provoca temperaturas elevadas que pueden generar desgastes prematuros.

Para evitar este problema los ingenieros han desarrollado dos soluciones, por un lado la refrigeración del motor mediante aire y agua, lo que logra reducir la temperatura hasta la zona de trabajo y por otro el aceite, un líquido viscoso que lubrica y permite que las partes metálicas que rozan ni se rompan ni se desgasten.

La regla del minuto

Al cabo del día hay dos momentos críticos para los motores, el primero de ellos es cuando arrancamos un coche por la mañana, especialmente en frío, pues el aceite suele acumularse en las zonas bajas del motor y ni tiene temperatura ni lubrica correctamente.

Las partes móviles deben funcionar bañadas en aceite

Por ello en este caso conviene esperar un minuto entre que arrancamos y echamos a andar para que todos los componentes queden bañados en aceite.

Un minuto de oro

El segundo momento delicado es el contrario, cuando tras un uso intensivo del motor lo apagamos. En este punto conviene esperar otro minuto entre que estacionamos el coche y apagamos el motor del vehículo, pues al apagarlo también se detiene la lubricación.

Esto es especialmente importante en los viajes cuando llegamos a una gasolinera a repostar con el coche muy caliente.

Esta pequeña turbina gira a miles de revoluciones por minuto

El problema es que hay un componente muy sensible que en ocasiones sigue girando, que es el turbo, por lo que conviene esperar otro minuto adicional antes de apagar el motor. Conviene saber que cambiar el turbo puede costarnos entre 500 euros y 3.000 euros, en función del coche.

Casi todos los motores diésel montan turbo en la actualidad y muchos de gasolina también, pues permite lograr más potencia y bajar el consumo.

Dos sencillos minutos de oro al cabo del día que pueden significar mucho para la mecánica de un motor y ahorrarnos miles de euros en averías.