Miles de coches han sufrido daños por las inundaciones

Siniestro

El consejo de los mecánicos a los propietarios de coches inundados para evitar «el siniestro total»

Más allá de las prisas de los propietarios por arreglar y poner en funcionamiento sus coches, conviene hacer caso a este consejo de los profesionales

Tal y como vemos en cada telediario y en cada espacio informativo, los automóviles se han convertido en los desafortunados protagonistas de las salvajes lluvias y riadas valencianas.

A la vista de las cifras oficiales sobre el número de vehículos siniestrados y afectados serán millonarias, algo que llegado su momento deberá cubrir el Consorcio de Seguros, pues las aseguradoras privadas no cubren este tipo de siniestros.

Las aseguradoras no cubren

Esto no quita que la incertidumbre esté provocando que miles de propietarios traten de arrancar sus coches y ponerlos en funcionamiento para minimizar los daños provocados por las inundaciones.

Los daños pueden ser mucho mayores de lo que parece

Es por ello que desde la Asociación de Talleres de Reparación de Vehículos de la Provincia de Valencia, Fevauto, hacen un llamamiento a todos los propietarios de vehículos en estas circunstancias.

Muy sencillo

Por un lado hablan de intentar secar el interior y dejar las puertas abiertas para que sequen tapicerías, guarnecidos y los materiales de relleno de los asientos, un aspecto clave para evitar malos olores y otros tipo de desperfectos.

Pero Fevauto centra su petición en evitar que los conductores traten de arrancar los coches siniestrados. Es muy importante evitar hacer esta acción para «evitar la rotura del motor y que sea declarado siniestro total».

Jamás hay que intentar arrancarlo sin llevarlo a un taller

Hay que tener en cuenta que es muy probable que tanto los conductos de admisión del motor como muchos otros elementos estén inundados de agua y barro, si tratamos de arrancarlo lo único que vamos a conseguir es que todos esos residuos entren al motor, con el consiguiente riesgo para la integridad de la mecánica.

Sobre todo en un momento de completa incertidumbre en la que no está claro cuándo pagará el Consorcio, a quién cubre y la cantidad que paga, porque normalmente se ciñe al valor venal, un precio muy por debajo del real de mercado de muchos vehículos, especialmente los que tienen algunos años.