Las dimensiones del desprendimiento son brutales

Accidente

¿Qué es un argayo y por qué es tan grave el de Asturias que devuelve sus comunicaciones por carretera a los 80?

Durante los próximos meses la única comunicación entre Asturias y León pasa por la N-630, el famos puerto de Pajares, una carretera que no puede asumir el volumen de tráfico que le espera

Asturias es conocida como el territorio de los argayos por geólogos y especialistas en la materia. De hecho, allí los argayus son normales en su día a día, hasta el punto de que se trata de un término mucho más habitual en esas latitudes que en el resto de España, donde es más normal que se hable de desprendimientos o corrimientos de tierras.

Se trata de un fenómeno que está muy unido a la orografía de un territorio y al volumen de precipitaciones, dos elementos que han convertido a Asturias en un lugar especialmente propenso a este tipo de accidentes.

Territorio de argayos

Hay que tener en cuenta que allí la mayor parte de las carreteras están construidas al pie de montañas y que el nivel de precipitaciones es muy elevado.

Cuando una ladera de una montaña se cae, es sencillamente imparable

La preocupación por los argayos es tan real en Asturias que la facultad de Oviedo los lleva estudiando desde hace décadas, con una tesis doctoral que ha contabilizado los registrados entre 1980 y 2020. En total son más de 3.000 que han provocado una treintena de fallecidos, raro es el año en el que no fallece alguien, y 70 heridos.

Una treintena de fallecidos

Según expertos de la universidad de Oviedo, no es sencillo predecir un argayo, aunque hay estadísticas que dicen que la gran mayoría se producen tras tres días de lluvia abundante. A partir de aquí el trabajo consiste en una escaneo y análisis periódico de las laderas sobre las carreteras, para verificar movimientos de tierra o de alguno de los planos.

Este tipo de estructuras metálicas contienen los desprendimientos hasta cierto punto

Actualmente, las soluciones se limitan a poner mallas y redes para contener las piedras que caen, pero realmente es sencillamente imposible parar detener la ladera de una montaña cuando se viene abajo.

Nada lo para

En paralelo, la falta de mantenimiento de las autopistas y carreteras española tampoco ayuda, pues las revisiones constantes de las zonas más propensas pueden ayudar a reducir el riesgo de este tipo de fenómenos.

La N-630 incluido el puerto de Pajares no está preparada para el volumen de tráfico previsto

En este caso, el que se ha producido en la autopista de peaje AP-66 tiene unas dimensiones colosales, ha cortado los cuatro carriles de la misma en los dos sentidos y podrían hacer falta semanas o meses para arreglarlo.

Hay que tener en cuenta que no solo hay que retirar la piedra que ha caído por la ladera, sino que además hay que hacerlo con precaución de que al quitarla no se venga abajo más material de la ladera, lo que podría ser mortal para los operarios. En este caso la seguridad se traduce en tiempo y nadie va a cometer imprudencias.

Tiempo igual a seguridad

La propia adjudicataria del peaje, Aucalsa, confía en abrir primero los carriles sentido León y poder hacer un bypass para el tráfico. Hay que tener en cuenta que este corte va a devolver a Asturias a los años 80, cuando se inauguró la A-66 que une Sevilla y Gijón y que estuvo en construcción hasta 1997.

Hasta ese momento la única alternativa era y es la N-630 por el puerto de Pajares, una carretera que tal y como denuncian los vecinos está en estado de abandono tras la falta que mantenimiento en la que la sumió el Gobierno tras la inauguración de la autopista. Eso sin decir que tiene pendientes que van desde el 10% hasta el 15%.

Tal y como dicen en tono de humor los asturianos tras el accidente: «España aislada de Asturias» una vez más…