Práctico
El motivo por el que las grúas se niegan a llevar coches eléctricos
Aunque no sea del dominio público, una peculiaridad de los coches eléctricos provoca que muchas grúas no puedan retirarlos de las calles
Aunque en España los coches eléctricos aún sean minoría, pues las ventas de estos no llegan ni al 5 % del mercado y en la actualidad el porcentaje de este tipo de vehículos supone sólo el 1 % del parque móvil, la verdad es que comienzan a ser realidad en nuestro entorno.
Un entorno que poco a poco se está adaptando a sus peculiaridades, lo que está generando no pocos problemas de convivencia. Por ejemplo en las ciudades no está siendo sencillo el despliegue de los puntos de recarga necesarios, mientras que en las carreteras sí los hay pero en este caso el problema es que la DGT aún no ha sido capaz de disponer las señales necesarias que indiquen su presencia.
Problemas de convivencia
En paralelo los talleres han tenido que realizar inversiones millonarias para adaptarlos a las nuevas necesidades de este tipo de vehículos, por ejemplo los elevadores han de ser ahora más potentes, pues los coches eléctricos pueden llegar a acercarse peligrosamente a los 3.000 kilogramos, una verdadera barbaridad.
El tamaño de las baterías provoca que los vehículos eléctricos pesen entre un 20 y un 30 % más que sus equivalentes con motor de combustible, lo que supone un problema añadido en algunas otros momentos.
Un problema de sobrepeso
Es el caso de las grúas para el transporte de vehículos, que no están pensadas para cargar tanto peso y están teniendo problemas para llevar coches eléctricos.
De hecho las grúas convencionales de plataforma están preparadas para cargar con hasta 2.500 kilogramos de peso, una cifra que está por debajo del peso real de algunos vehículos como por ejemplo un Mercedes EQC que pesa más de 2.5 toneladas o un Audi Q8 e-tron que en algunas versiones ronda las 2.7 toneladas.
Un problema añadido para otro tipo de grúas como las de percha o las de tenedor u horquilla, en cuyo caso no pueden transportar vehículos de más de 1,8 toneladas, todo ello sin dejar de lado que los operarios de las grúas deben contar con una formación específica, pues no es lo mismo movilizar un coche eléctrico que uno de combustible.