Se trata de un gesto muy habitual entre los conductores al echar combustible

Práctico

Un gasolinero explica el error habitual que cometemos los conductores al repostar

La forma en la que llenamos el depósito de un coche puede influir en nuestro bolsillo e incluso en la mecánica del coche

Tal y como ya hemos explicado en varias ocasiones, los conductores tan sólo están autorizados a echarse el combustible en las gasolineras de autoservicio.

De hecho en las gasolineras atendidas podrían llegar a llamarnos la atención e incluso llegar a multarnos, pues en este caso el único personal autorizado a tratar con combustible es el de la propia estación de servicio.

Un gesto a evitar

Aunque no se trata de una maniobra muy complicada, tiene su aquel y hay determinados trucos o gestos que pueden afectar a aspectos como la evaporación del combustible o a la cantidad de carburante que metemos en el depósito.

La posición dela manguera puede afectar al repostaje

Tal y como explica este experto en gasolineras, conviene que tengamos cuidado a la hora de repostar y no forzar para que entre más combustible del debido en el depósito.

En este caso debemos respetar el sistema de seguridad que tienen los boquereles de las estaciones de servicio y que hace que salten cuando detectan que el combustible o la espuma que genera el mismo al entrar.

El consejo de un experto

Un experto en gasolineras y propietario nos muestra sobre un boquerel real lo que ocurre cuando la pistola de repostaje hace ‘clack’ y deja de servir combustible, algo que suele ocurrir cuando la espuma que provoca el combustible llega hasta el sensor de seguridad.

Lo ideal es repostar poco a poco y no forzar que entre más carburante del debido

Si forzamos para que entre más combustible del debido podemos provocar que la válvula de seguridad lo tire, lo que haría absurdo el tiempo y el dinero empleado en llenarlo hasta la boca, a la vez que podría llegar a estropear la carrocería del coche.

Por si esto fuera poco también podríamos estropear un filtro de carbono con el que cuentan los automóviles y que tiene como misión que el olor a combustible no llegue al interior del vehículo. Un truco con el que además de ahorrar en dinero podemos cuidar la mecánica de los automóviles.