Auto industria
Jaque mate a Bruselas: China bloquea el acceso de Europa a las baterías para coches eléctricos
El país asiático controla los dos vectores fundamentales para producir baterías de coches eléctricos y ha limitado el acceso de la industria europea a los mismos
Hace ya años que los taxistas chilenos que trabajan en el desierto de Atacama cuentan historias de visitantes chinos con los bolsillos llenos de dinero que llegan al país dispuestos a comprar toda la producción de litio para las próximas décadas. Nada extraño si no fuera porque en este desierto se encuentran las mayores reservas de litio y cobre del mundo.
El pasado mes de octubre Europa aprobaba definitivamente los aranceles a los coches eléctricos chinos, unos aranceles que en casos concretos como el de la marca MG se acercan al 40 %.
La respuesta china...
Lejos de aspavientos ni comunicados airados, China amenazó en varias ocasiones con gravar con aranceles a productos europeos como el coñac o los derivados del cerco, una bomba de humo para camuflar su verdadera respuesta, que no busca tanto lastrar a los productos europeos, de los que los chinos son grandes amantes, como proteger su ventaja tecnológica en materia automovilística.
Días después de la entrada en funcionamiento de estos aranceles el Gobierno chino lanzaba una directiva a sus fabricantes de automóviles con intereses en Europa, en la misma se les pedía que detuvieran todas sus inversiones en el Viejo Continente a la espera de acontecimientos.
Adiós inversiones
En aquel momento firmas chinas como BYD, MG o DongFeng maduraban la posibilidad de construir alguna planta en territorio comunitario, algunas de ellas en España, unos planes que de momento se mantienen en el aire.
Esta misma semana el Gobierno chino ha ido un paso más allá al prohibir la exportación y venta de determinadas materias primas necesarias para la construcción de baterías, en concreto se trata del litio y del galio.
Se calcula que en la actualidad China tiene los derechos de explotación del 70 % de los materiales críticos necesarios para la fabricación de baterías, un dato que preocupa mucho en Occidente, pues nada de su esfuerzo relacionado con el coche eléctrico tiene sentido si sigue dependiendo de las baterías chinas.
China marca las reglas
Hace poco más de un mes quebraba NorthVolt, la joya de la corona de la electrificación europea, una planta de fabricación de baterías ubicada en Suecia que ha cesado ya su producción por falta de carga de trabajo.
Esta planta utilizaba maquinaria china que daba averías constantes y en muchos casos tenían que manejarlas chinos por su complejidad y porque no estaban traducidas al inglés
Pero China no sólo tiene los derechos de explotación de la mayores reservas de estos materiales en el mundo, sino que se calcula que lleva una ventaja competitiva de una década en lo relacionado con su procesamiento, la clave para la producción de las baterías.
De hecho el país asiático refina hoy el 75 % del cobalto del mundo, el 60 % de litio, el 40 % del cobre y el 70 % de níquel, datos que dan una idea de su superioridad en esta materia.
Actualmente los dos mayores fabricantes de baterías para coche en el mundo, CATL y BYD, son chinos, mientras que sus únicos rivales sería firmas de Corea del Sur pero a mucha distancia en volumen de producción.
China limita las exportaciones
Esta misma semana el Gobierno chino daba una vuelta de tuerca más a la situación con un decreto que limita las exportaciones de estas materias primas críticas, una decisión que llega justo después de una nota lanzada por el Gobierno de Pekín en la que pide mantener las 'fases críticas' de la producción de coches eléctricos en territorio chino para no dar más información de la debida a Occidente sobre esta tecnología.
La situación es extremadamente grave para la industria europea del automóvil, pues China controla los dos vectores más importantes para la producción de baterías: la tecnología y las materias primas, y no está dispuesta a ceder ninguno de los dos.