Los garajes comunitarios suelen ser los más afectados por esta situación

Práctico

Okupas de garaje, un delito al alza ante el que el propietario no siempre lleva las de ganar

Se trata de algo extremadamente habitual en las comunidades de vecinos y que no es tan fácil de solucionar como parece a primera vista

Dentro de los episodios vecinales la ocupación de las plazas de garaje es uno de los problemas más graves que puede darse. Una veces por desconocimiento y otras veces cara, no es raro que al volver de unas vacaciones o de un simple fin de semana nos encontramos con un coche estacionado en nuestra plaza.

Lo principal es mantener la calma, obviamente tal y como reflejan las escrituras la plaza de garaje es nuestra y se trata de algo temporal y de lo que no hay que vengarse bajo ningún concepto, pues en este caso las venganzas acaban siempre mal.

Ante todo mucha calma

Lo principal es pedir la intermediación de una personal neutral, que puede ser el portero, un vecino o el administrador, para que medie en la situación y trate de saber si se trata de un error o de un mero hecho puntual del usurpador.

La ocupación de la plaza de garaje puede ser total o parcial

En caso de ser un garaje privado sirve de poco llamar a la Policía Municipal, pues no puede entrar y llevarse el coche o algo similar salvo que haya una orden judicial de por medio.

Mejor por las buenas

En cualquier caso conviene siempre ir por la vía razonable y evitar llevar la situación a los tribunales, pues además de tardar incluso años, puede dar razones al okupa para usar la plaza de garaje, pues puede decir que hasta que no haya sentencia puede usarla.

Si se trata de un mero error la situación ya está solucionada y no merece la pena ir a mayores, si el okupa insiste en su actitud conviene hacerle saber que si no deja de harcerlo vamos a llevar el tema a los tribunales, donde los precedentes dicen que los jueces suelen cerrar los casos con penas económicas en función de los días de ocupación.

Otra solución son estos guardaplazas

Por último si el usurpador mantiene su actitud el tribunal puede sancionarle por desobediencia, lo que supone un delito grave. Siempre que existan pruebas y se trate de una conducta continuada y no de días sueltos, es cuyo caso es un verdadero problema.

En ningún caso hay que rajarle las ruedas ni romperle un retrovisor, lo que agravaría el problema. Del mismo modo tampoco podemos contratar una grúa que mueva el coche, pues no deja de ser una propiedad privada que no podemos tocar sin orden judicial.

Por último, la opción de poner un guardaplazas metálico con cerradura debe ser aprobado por la comunidad de vecinos, algo que no es tan fácil como parece.