Industria
El corazón de Linares vuelve a latir, la fábrica de Santana producirá vehículos de nuevo tras 15 años parada
Pese a varios intentos de reindustrialización, incluyendo uno chino, la factoría española que fue capaz de producir uno de los mejores todoterrenos del mundo lleva parada desde 2011
Nacida en 1956 como Metalúrgica Santa Ana para producir maquinaria agrícola, la fábrica de coches de Santana, en Linares, forma ya parte inseparable de la historia automovilística española, independientemente de que las decisiones industriales y políticas que allí se tomaron terminaron con el cierre de la misma.
En 1961, poco después de su puesta en funcionamiento, la planta se abrió a la producción de todoterrenos. En aquel momento, una licencia del Land Rover le permitió producir varios modelos de la marca para cubrir tanto la demanda nacional como la de África, aunque en paralelo también se exportaron unidades a América del Sur.
Los años dorados
Fueron los años dorados de la fábrica de Linares, que ni siquiera era capaz de cubrir la demanda existente en la época.
En 1989 las cosas se torcieron cuando la crisis financiera de Land Rover le hizo abandonar el acuerdo con Santana, aunque la firma española logró mantener la licencia para que su vehículo estrella, el Land Rover Santana, siguiera produciéndose en la factoría. De hecho, se dice que no hay finca española que se precie que no disponga de una unidad de este brutal modelo.
No hay finca sin Land Rover
En paralelo, un acuerdo con Suzuki permitiría la fabricación de los modelos Samurai, Vitara y Jimny, Suzuki llegó a comprar un 85 % del accionariado de Santana, hasta que en 1995 el Estado español recompró sus acciones.
Entonces comenzó la decadencia de la planta pese a intentos como la fabricación de los Santana 300 y 350 basados en el Suzuki Vitara. La planta cerraría definitivamente en 2011 tras un acuerdo con Iveco para la fabricación de los Massif.
¿La definitiva...?
Tras varios intentos de reindustrialización, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha confirmado que a lo largo del año la planta se volverá a poner en funcionamiento de manos de la empresa militar Escribano, que a través del grupo em&e producirá vehículos militares para el Ejército español.
La nueva planta dará trabajo a 150 operarios y ocupará una parcela de 13.000 metros cuadrados de la factoría en el parque empresarial Santana, lo que también supondrá la llegada de numerosas empresas de servicios y componentes.
Por el momento no hay más información sobre si se trata de una planta de fabricación o una mera zona de montaje donde los vehículos que sirven de base para las transformaciones militares reciben el blindaje y las defensas habituales de estos automóviles.