La clave está en sacar una muestra del depósito

La clave está en sacar una muestra del depósito

Práctico

¿Por qué es habitual que la Guardia Civil compruebe el color del combustible de los coches?

El fraude al combustible supone cada año en España millones de euros, por lo que las medidas de control son cada vez más estrictas

En los controles de la Guardia Civil, especialmente en los entornos rurales, es habitual que la Guardia Civil nos pida abrir el depósito de combustible del coche para sacar una muestra de carburante.

Se trata de una maniobra rápida y relativamente sencilla que se realiza con un envase y un tubo flexible o sonda, una operación que en la mayor parte de los coches dura unos minutos, salvo en los vehículos que tienen el depósito protegido para evitar robos.

La clave está en el color

De hecho, hay coches que tienen conductos de combustible transparentes en el motor, que permite que se vea el color del carburante.

La Guardia Civil comprueba el combustible del depósito de un vehículo

Esta maniobra que como hemos dicho es relativamente habitual, tiene como objetivo cerciorarse de que estamos usando combustibles que no están permitidos, en concreto nos referimos a gasóleo agrícola, un carburante que está subvencionado por el Gobierno para ayudar a los agricultores y los trabajadores del campo que en función de su actividad económica están autorizados a utilizarlo.

Un buen ahorro por litro

Hay que tener en cuenta que el precio del litro de gasóleo en las gasolineras ronda hoy los 1,50 euros, hablamos de entre 80 y 90 euros por depósito, mientras que el del gasóleo agrícola bonificado está en torno a 1,20 euros por litro, lo que significa que es unos 30 céntimos más barato por litro, entre 15 o 20 euros por depósito, lo que hace que en ocasiones algunos propietarios de vehículos con motor de gasóleo que tienen la ocasión hacen uso de este tipo de carburante.

Esta diferencia de precio está motivada por el distinto tratamiento fiscal que tiene uno y otro carburante, pues el gasóleo agrícola está bonificado con menos impuestos.

La composición del combustible es la misma, pero lleva elementos que lo diferencian

Este carburante, conocido como gasóleo agrícola, gasóleo B o gasóleo rojo, está aditivado en origen con diversas sustancias para que sea fácilmente diferenciable del A, el gasóleo convencional que deben utilizar todos los vehículos.

La diferencia más obvia es el color, pues las petroleras utilizan un tinte que le aporta color rojo, de esta manera es muy sencillo de diferenciar. Además, hay que tener en cuenta que el tinte es muy denso y ‘mancha’ tanto el depósito como los conductos de los vehículos que lo usan aunque sólo sea una vez.

Así, los agentes de las patrullas rurales o Policía Local que lo comprueban pueden diferenciar en cuestión de segundos si un vehículo lo está usando. Además está tratado con un químico trazador que permite diferenciarlo en un laboratorio, lo que tendría validez en un tribunal, pues hay que tener en cuenta que el color sólo no sería válido como prueba.

Los vehículos industriales también se comprueban

En caso de usar gasóleo agrícola estaríamos ante una sanción no de Tráfico, sino fiscal y que la multa podría llegar hasta los 6.000 euros en función del volumen de dinero defraudado que se calcule. Incluso las gasolineras que repostan un vehículo sabiendo que es fraudulento estaría cometiendo un delito.