Trump durante la reciente campaña presidencial

Trump durante la reciente campaña presidencial

Industria

El coche eléctrico pendiente de los aranceles de Trump: así van a frenar su llegada

Trump quiere proteger el rudimentario automóvil norteamericano frente a la industria europea y china del sector, para lo cual intenta disparar la demanda interna de coches de combustión

Trump ha demostrado con muchas de sus decisiones que en este nueva legislatura no va de farol, la puesta en marcha de los aranceles es una muestra más de ello, un regreso hacia una política proteccionista que ya parecía olvidada en el mundo.

Volveremos a vivir los años 70 y 80, cuando los pilotos de avión hacían negocio llevando en su equipaje pantalones Levis o zapatillas Nike y vendiéndolas en España a amigos y conocidos. Al final los aranceles suelen acabar funcionando como auténticas barreras a la importación y la exportación y en una palabra acabando con la globalización comercial tal y como la hemos conocido las últimas décadas.

Adiós a la globalización

En el sector del automóvil la reflexión de Trump ha sido relativamente sencilla, ante la imposibilidad de competir en tecnología contra los vehículos importados, más vale limitar su entrada aunque sea con aranceles.

Ford F-150, el coche más vendido en los Estados Unidos muchos años

Ford F-150, el coche más vendido en los Estados Unidos muchos años

Se trata de una solución con la que trata de fomentar por un lado la producción en suelo norteamericano de las marcas extranjeras y por otro el consumo interior.

De hecho Trump ya ha comentado la inminente puesta en marcha de un plan de incentivos a la compra de coches fabricados en los Estados Unidos, con ayudas a la financiación de los particulares.

Coches muy rústicos

Trump es perfectamente consciente de que el automóvil made in USA no puede competir fuera de sus fronteras por sus bajos niveles de calidad y por las serias dificultades que tienen para cumplir las normas europeas de emisiones y seguridad.

Ahora es más sencillo entender en toda su magnitud el mensaje que mandó en uno de sus primeros discursos siendo ya presidente, cuando anunció que «perforaría» lo que hiciera falta para volver a extraer petróleo y convertirse en líder mundial en su extracción.

Un Tesla Model S en unas instalaciones de carga

Tesla va camino de quedarse con el monopolio del coche eléctrico en USA

Un plan de 360 grados que incluye que las marcas extranjeras que quieran vender coches en los Estados Unidos deberán fabricarlos allí, una hoja de ruta con la que intenta repetir lo que ocurrió en los años 60, 70 y 80, cuando el automóvil norteamericano funcionó como una verdadera locomotora para tirar de la industria nacional alimentado fundamentalmente por la demanda interna.

El motor de la economía

En el fondo el gran perjudicado de este ecosistema en torno al automóvil que está creando Trump va a ser el coche eléctrico, que va a perder un mercado de 15 millones de coches, pues la demanda interna de este tipo de vehículos en los Estados Unidos va a estar en manos de Tesla.

Por otro lado hay que tener en cuenta que Trump anunció hace semanas la intención de prohibir el software y los componentes chinos para la fabricación de cualquier bien en los Estados Unidos, dramático para el coche eléctrico si tenemos en cuenta que China fabrica el 90 % de las baterías en el mundo.

Así las cosas el Reino Unido ha sido el primer país que ha anticipado ya manga ancha a los coches de combustión dentro de sus fronteras, al anunciar que ralentizará el proceso que incluye la prohibición de la venta de coches gasolina y diésel en 2030 en función de las necesidades de la industria.

Planta de ensamblaje, ni soldaduras ni pintura... sólo se ponen tornillos y grapas

En plena guerra económica Bruselas tendrá que ralentizar la adopción del coche eléctrico

Por otro lado si hay una máxima del mercado globalizado es que a mayor demanda mayor inversiones en investigación y mayor rapidez en la implantación de las nuevas tecnologías, justo lo contrario que va a ocurrir con el coche eléctrico en pleno proceso de implantación.

Recordemos que Europa ya ralentizó recientemente la llegada del coche eléctrico retrasando las multas a los fabricantes que vendieran demasiados coches de combustión y es posible que en su defensa de la economía europea, tras las hostilidades abiertas por USA, se vea afectado también el coche eléctrico, pues Tesla no va a ser considerado precisamente un aliado.

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