Michael Lohscheller recurre a Bruselas para recordar el compromiso adquirido

Declaración

El CEO de Polestar pide a Bruselas estabilidad legislativa frente al coche eléctrico

Las indecisiones de Bruselas y la posición de algunos fabricantes han generado incertidumbre en la industria del automóvil europeo, el peor escenario

Corría el año 2017 cuando Volvo decidía convertir a su división de vehículos deportivos Polestar en una marca independiente de vehículos eléctricos.

Entonces Europa navegaba a toda máquina hacia la electrificación del mercado, pero el paso del tiempo ha ido cambiando el escenario y con ello Bruselas está dando pasos cambiantes en su política respecto al automóvil.

Pasos cambiantes

Con este panorama Michael Lohscheller, nuevo CEO de la marca, lanza una serie de peticiones a Bruselas que se resumen en mayor estabilidad de cara a una industria que no lo está pasando bien.

De acuerdo con Lohscheller, «Nos hallamos ante un momento decisivo en el que nuestras promesas sólo tienen valor si las cumplimos. Estamos en 2024 y las emisiones de gases de efecto invernadero siguen siendo cada vez mayores. Y eso a pesar de todo lo que se habla del tema, de los ambiciosos objetivos marcados y, lo que es peor, de todas las inversiones realizadas por organismos públicos y empresas del sector privado. ¿Qué es lo que falta? Más decisión y una respuesta más rápida. Pero eso no se consigue así como así. Hay que tomar medidas y actuar ya».

De acuerdo con Lohscheller el papel de la normativa es clave en el coche eléctrico

El CEO reclama confianza en la electrificación como única respuesta válida de cara a la presión que supone una reducción de emisiones de los gases de efecto invernadero, pues «No existe ninguna otra tecnología fiable y madura que pueda ayudarnos a cumplir los objetivos del Acuerdo de París».

Efecto invernadero

Una declaración en defensa de «Los vehículos eléctricos son cada vez mejores en términos de autonomía, velocidad de carga, infoentretenimiento y confort. De hecho, si alguien quiere comprar un buen coche, lo más probable es que la versión eléctrica sea mejor que la que tiene motor de combustión interna. Pese a ello, el ritmo de adopción en general no sólo no se acelera, sino que en muchos casos se está ralentizando».

Michael pone sobre la mesa la ralentización que sufre la electrificación en Europa, pues «En lugar de acelerar, muchos legisladores están dando marcha atrás. Los ambiciosos planes de la UE para retirar del mercado los vehículos de combustión interna están siendo cuestionados por los mismos políticos que los introdujeron, alegando una supuesta necesidad de fomentar la competencia y proteger los puestos de trabajo». Al mismo tiempo, cada vez hay menos ayudas a la creación de empleo para empresas como Northvolt o Vattenfall (una de las muchas que invierten en energía eólica), pese a su enorme importancia para la competitividad de nuestra región en el futuro”.

«Por desgracia, lo mismo está ocurriendo en otros mercados y zonas geográficas, donde legisladores e inversores permiten que problemas coyunturales y pequeños cambios de opinión frenen la adopción de medidas decisivas contra el cambio climático, en lugar de hacer lo que prometieron a sus votantes y accionistas. Todo ello pone en riesgo nuestros objetivos para 2035».

«Instamos a los legisladores e inversores presentes en la COP29 a que mantengan sus compromisos y confirmen su apoyo a las soluciones de que disponemos para luchar contra el cambio climático, incluyendo un apoyo decidido a la transición hacia la movilidad eléctrica y la elaboración de un plan para fijar un precio global de las emisiones de carbono».