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EFE

Hugo Torres Jiménez (1948-2022)

Opositor a las dictaduras de Nicaragua: la de Somoza y la de Ortega

Arriesgó su vida en 1974 para rescatar a Daniel Ortega: este le agradeció el favor encarcelándole de forma arbitraria hace ocho meses

Nació el 25 de abril de 1948 en Somoto y falleció en Managua el 12 de febrero de 2022

Jorge Hugo Torres Jiménez

Miembro del Frente Sandinista de Liberación Nacional desde 1971, participó en los asaltos de 1974 y 1978, decisivos en el posterior derrocamiento del somocismo. Pieza clave del nuevo régimen a partir de 1979, fue integrado en el Ejército, del que se licenció en 1998 con el rango de general de Brigada. Tres años antes, había oficializado su ruptura con el sandinismo

El 27 de diciembre de 1974, un grupo de una docena de guerrilleros, entre ellos Hugo Torres, el «Comandante Uno», asaltó una elegante residencia en la que varios ministros del dictador Anastasio Somoza Debayle celebraban el cumpleaños de uno de ellos, manteniéndoles rehenes durante varias horas. La operación sirvió para que el régimen ablandara su postura y liberara a varios presos políticos, entre ellos Daniel Ortega, indiscutible líder de la Revolución sandinista durante los ochenta y presidente, de forma ininterrumpida, de Nicaragua desde 2007; salvando las apariencias democráticas pero en realidad llevando a su país hacia una nueva dictadura.

Una deriva del personaje que Torres ya percibió a mediados de los noventa, cuando decidió romper con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), optando por consolidar su compromiso opositor a raíz de la vuelta de Ortega al poder. En 2011, fue uno de los fundadores de la plataforma opositora Unamos, atalaya desde la cual criticaba, cada vez con mayor fuerza, la deriva totalitaria de Ortega. La paciencia del sátrapa se agotó el pasado mes de junio, al encarcelarle, recién cumplidos 73 años, junto a otros opositores, a los que acusó de ser «traidores a la patria» y «perros del imperialismo yanqui». Torres replicó –fue su última comunicación pública– recordando cómo, 46 años antes, había arriesgado su vida por Ortega, aseverando igualmente que nunca hubiera imaginado tener que luchar de nuevo contra una dictadura.

La primera lucha de Torres comenzó allá por 1971, año en que se unió al FSLN mientras estudiaba Derecho en la Universidad Nacional Autónoma en Managua: la radicalización represiva del régimen somocista así como su corrupción rampante convencieron a este hijo de la pequeña burguesía de provincias de la necesidad de la vía guerrillera, que pronto exhibió dotes organizativas. El rescate de Ortega en 1974 no fue su única hazaña, pues fue uno de los artífices de la toma del Parlamento del 22 de agosto de 1978, episodio generalmente considerado como el principio del fin de la etapa del clan Somoza al frente de Nicaragua. En esta ocasión, sus compañeros de aventura fueron Eden Pastora, el célebre «Comandante Cero», y Dora María Téllez, condenada hace unos días a ocho años de cárcel por haber seguido una evolución similar a la de Torres.

Pero en julio 1979, al producirse la entrada triunfal de los sandinistas en Managua, las circunstancias eran muy distintas: Téllez era algo así como la musa de la Revolución, y Torres uno de sus más prometedores oficiales. De ahí que durante más de una década desempeñara cargos en los centros neurálgicos del poder sandinista: fue sucesivamente viceministro del Intrerior –responsable de la Seguridad del Estado–, miembro del Consejo de Estado, director de la Inteligencia Militar, y jefe de la Dirección Política del Ejército; es decir, encargado de la formación ideológica. Una impecable trayectoria de preboste del sandinismo. Hasta que llegó el desencanto. Con el tiempo, pagó su lucidez con su vida.