Cuando empezábamos a disfrutar la vida

Le conocí en aquellos tiempos de juerga y desenfreno del Madrid más musical de la historia. La discoteca Long-Play era el cogollo mediático de toda aquella pandilla de aspirantes a todo en el mundo de la radio y de la tele.

Fradejas era joven y guapo, cualidades que le convirtieron rápidamente en icono de todas las chicas. Se le daba bien el flirteo y con él compartíamos aventuras y cubatas. El gran Paco Santos era el anfitrión perfecto y le confió a Fradejas la dirección artística y las relaciones públicas de aquella discoteca inolvidable.

Luego, vino la radio a conquistarle y en ella empezó a sonar su nombre en las esferas donde se cuecen los futuros. De la radio pasó a la tele con José Luis Uribarri como padrino. En Aplauso se hizo un nombre y un hombre con vitola de mito gracias a La juventud baila. Allí se daban cita los Travoltas de entonces, que convirtieron el programa en un escaparate hacia el estrellato. Fradejas era el rey y aquel programa lo convirtió en ídolo a todos los niveles.

Pero él seguía siendo un chaval lleno de sueños que, como todos en aquellos años, vino a Madrid a ser carne de éxito y lo consiguió. Últimamente andaba el hombre luchando por los derechos y las necesidades de las personas con problemas y su familia lo sabe bien.

Le recuerdo con cariño y emoción y saber que se ha ido para siempre me hace volver a aquellos años de Long-Play, cuando empezábamos a saborear la vida y personas como José Luis Fradejas vivían junto a nosotros el despertar de todos los sueños.