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Jean-Louis Trintignant en 'Le train' 1973Lira Films / Capitolina Produzioni Cinematografiche

Jean-Louis Trintignant (1930-2022)

Un antidivo de éxito castigado por la vida

Protagonista de obras maestras como 'Il Sorpasso' y 'Un hombre y una mujer', el actor tuvo una vida marcada por el drama, entre ellos, el asesinato de su hija Marie

Nació en la diminuta localidad francesa de Piolenc, en Provenza, el 11 de diciembre de 1930 y muere en Gard el 17 de junio de 2022

Jean-Louis Trintignant

Hijo y nieto de pilotos de carreras, en su exuberante trayectoria dentro de la interpretación participó en más de 120 papeles bajo la batuta de grandes como Cavalier, Bertolucci, Scola, Truffaut o Haneke.

Existen, al menos, tres opciones para recordar a Jean-Louis Trintignant. La primera, cuando Dino Risi lo eligió de la noche a la mañana (tras ver una foto suya) para que fuese el compañero de Vittorio Gassman en Il Sorpasso (1962).

La segunda en 1967, momento en que el cineasta Claude Lelouch le ofreció un papel de galán en Un hombre y una mujer junto a la actriz Anouk Aimée. Y la última será de la mano de Bernardo Bertolucci, quien quiso que fuera el magnífico protagonista de Il Conformista (1971): Marcello Clerici quien, enrolado en la policía secreta fascista, debe matar a uno de sus profesores en París por una ambigüedad inconfesable.

Desembarca en los estudios de Cinecittà cuando Valerio Zurlini le da una gran oportunidad en Estate violenta (1959) que se desarrolla durante una larga noche del 43 en la costa de Riccione donde Trintignant ama desesperadamente entre bombardeos a madame Rossi Drago.

Mención aparte para Z (1969), thriller político dirigido por Costa-Gavras, en el que compartió protagonismo con Yves Montand, Irene Papas y Jacques Perrin. La cinta fue de las primeras en recibir una nominación a los Premios de la Academia de Hollywood en las categorías de Mejor Película y Mejor Película en Lengua Extranjera. Ganó este último, así como el Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes, el BAFTA a Mejor Banda Sonora y el Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera en la 27ª edición.

En la década de 1980 y 1990, la carrera de Trintignant se centró principalmente en el cine de autor. La Terrazza (1980) de Ettore Scola, Colpire al cuore (1982) de Gianni Amelio, Rendez-vous (1985) de André Téchiné, Merci la vie (1991) de Bertrand Blier y Tre Colori - Film Rosso (1994) de Krzysztof Kieslowski. No obstante, continuó siendo una presencia habitual del cine galo y casi siempre junto a su amigo, el director Lelouch.

Sobre las tablas se sentía igual de cómodo en géneros tan antagónicos como la tragedia y la comedia –recitó a Jacques Prèvert al menos 2.000 veces–, superando a muchos de los intérpretes de su generación.

Ecléctico, elegante y dotado de un encanto provocador, nació como los grandes: con la pasión por el teatro y la poesía incorporadas en su fuero interno. Estudió derecho e interpretación en Marsella y luego en París, fue un ávido admirador de Shakespeare y Apollinaire, cuya poesía le salvará la vida tras el asesinato en 2003 de su hija Marie a manos de su pareja Bertrand Cantat.

Trintignant huía del glamour, los premios y la prensa rosa. Por eso, amaba el teatro por encima de todo. En 2017, le diagnosticaron un cáncer de próstata, pero a pesar de ello seguía con fuerzas para recitar en el escenario. Un año después, sin embargo, se vio obligado a retirarse definitivamente porque ya no podía moverse por sí mismo. «Hace quince años que estoy muerto», aseveró en alusión a la pérdida de su hija Marie y ya devastado por el tumor.

El asesinato de su amada Marie en 2003 deja estancado en el dolor a Trintignant que regresa a la gran pantalla con Amour (2012) de Michael Haneke. Sumido en una gran depresión, Trintignant, tal y como confesaría posteriormente en su biografía, no era capaz de embarcarse en el proyecto. «Prefiero pensar en suicidarme», le soltó el intérprete al productor, quien le respondió: 'Haz la película y luego te suicidas'.

Trintignant no se quitó la vida y la austera esencialidad de la puesta en escena de Haneke en Amour resultó extraordinaria, pero igual de impresionantes que Trintignant y Emmanuelle Riva, en el papel de una pareja de octogenarios que resulta imposible de olvidar. Haneke continúa su discurso sobre las familias con Happy End (2017), otra película en la que el actor francés conmueve al público.