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Robert LucasEFE

Robert E. Lucas (1937-2023)

Un economista revolucionario

Sus aportaciones dentro de la Escuela de Chicago a la teoría neoclásica son fundamentales

Nació el 15 de septiembre de 1937 en Yakima (Estados Unidos) y falleció el 15 de mayo de 2023

Robert Emerson Lucas, Jr.

Aportó sólidos argumentos a la teoría neoclásica, nos hizo ver que los individuos se comportan racionalmente y arrojó luz que impulsó las teorías de la Escuela de Chicago en su lucha con las neokeynesianas

Ha fallecido Robert E. Lucas. Con su muerte, se va uno de los grandes macroeconomistas de todos los tiempos, desde luego, de la era contemporánea, donde realizó grandes contribuciones a la ciencia económica, que le hizo ser galardonado con el Premio Nobel de Economía. Recuerdo el momento en el que, recién empezado el curso 1995-1996 en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid, a media mañana de una clase de econometría de mediados de octubre, el profesor Martín Arroyo nos comunicó que Lucas había sido el Premio Nobel de Economía de ese año.

Tuve la oportunidad de estudiar las teorías de Lucas en la carrera y, sobre todo, profundizar en ellas posteriormente. Su labor fue colosal, pues a partir de la Microeconomía y del comportamiento de los agentes individuales, conformó una teoría macroeconómica que puso al descubierto muchas de las carencias del keynesianismo. Así, con sus «expectativas racionales», muestra cómo los agentes económicos son racionales y se forman expectativas para maximizar la utilidad a lo largo de su vida. Con «la crítica de Lucas», demuestra cómo las relaciones que parecían establecidas entre distintas variables pueden cambiar a raíz de la reacción de los agentes racionales ante las políticas económicas aplicadas.

Sus aportaciones dentro de la Escuela de Chicago a la teoría neoclásica son fundamentales, además de en lo destacado antes, en aspectos esenciales como la neutralidad del dinero, las relaciones entre producción, inflación y desempleo –que también desarrollaría, junto con las expectativas racionales, Thomas J. Sargent–, el enfoque de la oferta o la teoría del crecimiento endógeno –junto a Romer–.

Sumamente cuantitativo en sus argumentos, revolucionó el enfoque macroeconómico. Discípulo de Friedman, no tuvo la capacidad divulgativa de su Maestro, pero aportó sólidos argumentos a la teoría neoclásica, nos hizo ver que los individuos se comportan racionalmente y arrojó luz que impulsó las teorías de la Escuela de Chicago en su lucha con las neokeynesianas, que hizo posible que la doctrina de estos últimos no se impusiese como pensamiento único, al dejar al descubierto sus grandes debilidades.

Se ha ido un gigante de la Economía, disciplina que engrandeció. Descanse en Paz.