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El ciclista Gino Mäder en la París-Niza de 2023AFP

Gino Mäder (1997-2023)

El trágico final de un ciclista prometedor

Una caída en la Vuelta a Suiza acabó con la vida del joven corredor con nombre de leyenda

Gino Mäder

Nació en Flawil (Suiza) el 4 de enero de 1997 y falleció en Coira (Suiza) el 16 de junio de 2023 tras una caída en la vuelta ciclista a su país natal

De familia con tradición ciclista, pasó a la ruta después de una notable trayectoria en la pista y logró ganar una etapa en el Giro de Italia y ser el mejor joven de la Vuelta a España en 2021

El ciclismo es uno de los deportes más duros que existen. Jóvenes que penan en las carreteras de medio mundo y que se enfrentan a colosos que hacen sufrir a los embragues de los coches más potentes. Cuando se llega a la cima, un vertiginoso descenso amenaza a unos corredores que cuentan con un ligerísimo casco como única protección frente a cualquier caída. Las tragedias son, tristemente, inevitables.

El último en pagar el alto precio de la competición ha sido Gino Mäder. Con solo 26 años, el corredor suizo perdió la vida en las carreteras de su país natal descendiendo La Punt en plena disputa de la quinta etapa de la Vuelta a Suiza. Sus padres eligieron su nombre en honor al campeón italiano Gino Bartali y él supo ganarse un hueco en el pelotón combinando sus buenas cualidades con un carácter risueño que se ganó el cariño de compañeros y rivales.

Como muchos ciclistas de su generación, la pista se convirtió en un primer paso antes de pasar a la carretera. Sin embargo, ya en 2018 consiguió ganar dos etapas en el Tour del Porvenir, una prueba en la que se hacen mayores los jóvenes talentos de la ruta y donde ese mismo año venció Tadej Pogacar.

Pedalada a pedalada, Mäder se fue convirtiendo en un corredor fundamental en el seno del equipo Bahrein y solo la pandemia de covid frenó momentáneamente su progresión. Pero como ocurriera con su tocayo italino, el parón obligado no mermó sus cualidades y en 2021 protagonizó su gran temporada en el ciclismo. En la séptima etapa de la Paris-Niza se quedó a 50 metros de ganar en solitario. Primoz Roglic optó por no «regalar» la victoria parcial y retrasó la gloria del suizo.

Ese gran momento llegaría en las montañas italianas. La sexta etapa partía de las cuevas de Frasassi y culminaba con la ascensión a San Giacomo. Y allí llegó el primero Gino Mäder después de otra fuga y de aguantar el pulso a otro gallo del pelotón, Egan Bernal. Ganó más tarde en la misma Vuelta a Suiza que ahora se tiñe de luto y llegó a la tercera grande de la temporada, la que recorre España, como uno de los hombres a tener en cuenta. Cumplió Mäder con las expectativas, terminó quinto en la general y se enfundó el maillot de mejor joven en Santiago de Compostela.

Sabía compaginar el suizo sus cualidades para ganar etapas con el trabajo en equipo y por ello era reconocido en el seno de su escuadra. Ahora, el pelotón llora la muerte de Gino Mäder y se prepara para un Tour de Francia que estará marcado inevitablemente por esta tragedia. Algunos compañeros se han quejado ya de la peligrosidad de los recorridos y los descensos. Declaraciones en caliente y fruto del dolor que tienen su parte de razón al tiempo que obvian otra realidad: la dificultad de limitar el riesgo cuando más de 150 deportistas de élite se lanzan cuesta abajo con el objetivo de arañar segundos al reloj.

El ciclismo, como la vida, es belleza y dolor, gloria y sufrimiento. Gino Mäder, por desgracia, ha sido testigo de las dos caras de la moneda.