Paco Vidal, maravilloso secundario

Fue uno de esos actores secundarios como Manuel Alexandre o como Julia Caba Alba que engrandecía todos los proyectos de los que formaba parte. Era un secundario de primera que rubricó algunas pequeñas joyas en su extensísima carrera.

Alicantino de nacimiento, aunque criado en Ceuta, Paco Vidal estudiaba ciencias políticas en Madrid cuando un grupo de teatro donde Miguel Narros daba clase llama poderosamente su atención. Eran los años 60, y en el Teatro Estudio donde empieza se barrunta ya el Método Stanislavski de interpretación, técnica actoral que Vidal conoció, trabajó y apoyó durante toda su carrera como con el famoso Laboratorio William Layton de interpretación. Tras ello, formará parte durante cuatro años de la compañía del Teatro Español.

Su carrera como intérprete se afianza ya en la década de los 70 y durante 53 años estará ya siempre vinculado al oficio. Alternando casi al mismo tiempo su labor en el teatro, el cine y la televisión, alcanza la popularidad en 1971 momento en el que se incorpora al elenco de la serie de Televisión Española Crónicas de un pueblo dando vida al cura Don Marcelino un hombre serio, pero entrañable, que a todos robó el corazón y por el que se le recordará toda su vida. La televisión le encantaba y fue un medio al que siempre regresaría, ya fuera en papeles episódicos –Verano azul, Aida, La Regenta, Estudio 1 o ¡Ay, Señor, Señor!–, como en otros más protagónicos –Este es mi barrio, La verdad de Laura, La señora o el secreto de puente viejo–.

No son nada desdeñables tampoco sus incursiones en el cine, pues durante más de treinta años trabaja a las órdenes de directores tan reputados como Antonio Mercero (Tobi), Pilar Miró (Gary Cooper que estás en los cielos), José Luis Garci (El crack), Vicente Aranda (El Lute: camina o revienta), José Luis Cuerda (El bosque animado), Fernando Fernán Gómez (Mambrú se fue a la guerra) y el mismísimo Guillermo del Toro (El laberinto del fauno). Y cómo olvidarle en las películas de Parchís, La segunda guerra de los niños y Parchís entra en acción. Allí donde trabajaba dejaba siempre afectos y aprendizaje, pues su depurada técnica y su simpatía le labraron una excelente reputación en el oficio.

Sin abandonar nunca el mundo del teatro, Paco Vidal fue director a lo largo de treinta años con obras españolas de Adolfo Marsillach, Carlos Arniches, Francisco Nieva, Jardiel Poncela, Valle-Inclán e Ignacio Amestoy y extranjeras de Shakespeare, Noel Coward, Tennessee Williams o Eduardo de Filippo.

Actor y director infatigable, Vidal fue también productor teatral y profesor de interpretación. No en vano, fue uno de los fundadores del TEI (Teatro Experimental Independiente) con quien montó la obra La obsesión que la valió el Premio Nacional de Teatro. Además, era Profesor de profesores en el Instituto de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid desde el año 1998.