S.A.S. Karel, XII Príncipe de Schwarzenberg (1937-2023)
Millonario, conservador y defensor de los derechos humanos
Su gran respaldo electoral estuvo mayoritariamente en los jóvenes que lo veían como una figura limpia en medio de una clase política corrupta
Karel Johannes Nepomuk Josef Norbert Friedrich Antonius Wratislaw Menas Fürst zu Schwarzenberg
Político checo
Fue un gran defensor de los derechos humanos y compaginó el ser cabeza de una gran familia principesca originaria de Franconia y gestionar un enorme patrimonio con el servicio público desde el Parlemento de la República Checa, primero como senador y después como diputado y como ministro de Asuntos Exteriores.
Karel Schwarzenberg fue una figura política importante en la República Checa y en toda Centroeuropa. Con sus raíces familiares trazadas hasta 1172 en el Sacro Imperio Romano, él nació en Praga y con diez años su familia se exilió en Austria tras el golpe comunista de 1948. Era un exilio muy acomodado en términos económicos pues la familia tenía y sigue teniendo un enorme patrimonio aun sin las propiedades que entonces quedaron del otro lado del Telón de Acero –hoy recuperadas– y en Viena se instalaron en el Palacio Schwarzenberg que hoy es uno de los hoteles más lujosos de la capital.
No acabó sus estudios universitarios por tener que ponerse al frente de las propiedades familiares en Austria y Baviera. Pero pronto sintió la llamada de la política. Militó en el Partido Popular Austriaco en la década de 1960 y su condición de exiliado le movió a la lucha por los derechos humanos lo que le llevó a ser entre 1984 y 1991 presidente de la Federación de Derechos Humanos de Helsinki. Antes de dejar ese cargo ya había vuelto a su Praga natal y allí fue entre 1990 y 1992 el canciller –jefe de gabinete– del presidente Vaclav Havel. Su carrera política se centró después en la política exterior. Fue senador entre 2004 y 2010 y diputado entre 2010 y 2021 y en ese tiempo fue detenido y expulsado de Cuba en 2005 por reunirse en la isla con disidentes del castrismo.
Fue también ministro de Asuntos Exteriores en dos periodos, enero de 2007 a mayo de 2009 y julio de 2010 a julio de 2013. Siendo ministro fue candidato a la Presidencia de la República. Un candidato verdaderamente sorprendente que ninguna encuesta preveía que pudiera pasar a la segunda vuelta y en la primera se quedó a menos de un punto porcentual del ganador. Un resultado sorprendente para un hombre viejo, feo, fumador en pipa, multimillonario, de derechas y Príncipe. Su gran respaldo electoral estuvo mayoritariamente en los jóvenes que lo veían como una figura limpia en medio de una clase política corrupta.
Schwarzenberg se casó con la condesa Teresa Hardegg en 1967 y se divorciaron en 1988, pero volvieron a casarse en 2008. Han tenido tres hijos, el mayor de los cuales, Juan Nepomuceno, sucede a su padre en la jefatura de la Casa de Schwarzenberg. Fue un hombre de gran lealtad al Archiduque Otto de Habsburgo que le otorgó el collar de la Orden del Toisón de Oro, el número 100 de los que concedió. Yo he tenido el privilegio de hablar con Karel Schwarzenberg varias veces. Recuerdo la velada en Skhirat, Marruecos, el 29 de junio de 2012. Conversamos hasta altas horas de la madrugada, compartiendo destilados, él fumando en pipa tabaco de Latakia, yo un Wide Churchill de Romeo y Julieta. Le expliqué cuánto me había impresionado un año antes, el 16 de julio de 2011, cuando marchamos juntos desde la Catedral de Viena hasta la Cripta de los Capuchinos, dando la vuelta por el Ring y siguiendo el armón de artillería que llevaba el féretro del Archiduque Otto. En esa circunstancia yo vi cómo Schwarzenberg lloraba –literalmente– la pérdida del gran europeo. Él con orgullo, me confesó que su llorado Emperador Otto le enseñó a servir a su pueblo desde la política. Europa ha perdido ahora a uno de sus mejores.