El pintor burgalés más comprometido

Se le recordará como uno de los artistas castellanos más seguidos y aplaudidos de finales del siglo XX con una obra pictórica que iba desde el compromiso social a los paisajes burgaleses. Nacido en Burgos en 1949, desde muy joven Juan Vallejo muestra sus dotes artísticas exponiendo por primera vez en Arco de Santa María con tan sólo 18 años. Diez años después, en 1976, una de sus primeras obras, un cuadro religioso que pinta para el monasterio de San Juan de Burgos, es censurado y decide autoexiliarse en Roma y París, hasta que en 1981 gana el Primer Premio Nacional de Acuarela y regresa a España.

Durante la siguiente década pinta una de sus obras más famosas, llamada El Golpe, un lienzo de siete metros que representaba el Golpe de Estado de Tejero en 1981, y en el que pueden verse ecos del Guernica de Picasso. A esa obra le siguen una serie inmensa de más de cien acuarelas y óleos dedicados al Quijote.

En 1990 su carrera da un salto importante y se le conoce en toda España cuando, después de exponer en Madrid en los vestíbulos del Teatro Lara y en la Mesa de Burgos, los monjes benedictinos del Monasterio de Silos le encargan un cuadro para su Sala Capitular, un lienzo de importantes dimensiones -6,15 x 6 metros- que representa la vida de san Benito donde queda reflejada la idea de la trascendencia que no pasó desapercibido ante la crítica. En esta línea, otro de sus hitos artísticos son los bellísimos murales de un marcado carácter místico de la bóveda de la escalera imperial, los cuadros de las galerías de la hospedería y de la biblioteca de la abadía cisterciense de San Pedro de Cardeña, también en Burgos. Y es que la ciudad -con la que tuvo en no pocas ocasiones desavenencias políticas- siempre admiró y secundó el trabajo del pintor que, en muchas ocasiones, se recluía entre los muros de sus abadías para terminar sus obras.

Vinculado siempre a su ciudad natal, se opuso férreamente al cambio de las puertas principales de la Catedral de Burgos, de madera, en detrimento de las proyectadas en bronce por Antonio López. Una denuncia que llevó hasta las más altas instituciones y a la que se sumaron miles de burgaleses.

En 2018, el mismo espacio que recogió su primera exposición, Arco de Santa María, acoge la última: una retrospectiva bajo el título Memoria, en la que pudieron admirarse más de doscientas obras del burgalés con un marcado carácter social y reivindicativo.

Con Juan Vallejo desaparece uno de los pintores castellanos más relevantes de nuestra historia reciente, un hombre comprometido y el último artista en reflejar la mística en el místico Silos.