Un empresario buen amigo del Papa

Hacer una lista completa de los amigos de Luis que hoy lloramos su muerte sería una difícil tarea; establecer un orden de prioridad entre los inscritos daría lugar a una disputa imposible de resolver. Pero todos estaríamos de acuerdo en otorgar la primacía de la lista al Papa Francisco. Durante su presidencia de Telefónica Argentina Luis colaboró con el entonces cardenal y arzobispo de Buenos Aires, en la mejora de las instalaciones de unas emisoras diocesanas. Con ese motivo se entabló una entrañable relación entre ambos. En una reunión, poco antes de partir para asistir al cónclave de elección del Papa en Roma, Luis, bromeando, le apostó al arzobispo que sería el elegido Papa. En la tarde de 14 de marzo de 2013, sonó el teléfono móvil de Luis Blasco en su despacho. Una voz con suave deje porteño le saludó y, antes de que Luis pudiera darle la enhorabuena, el interlocutor al otro lado de la línea le dijo: «Me cagaste, gallego, me eligieron Papa».

Unos días antes de su muerte en el hospital, hizo de repente un gesto enérgico con su brazo que casi da al traste con todos los tubos y agujas que tenía colocados. Nos asustamos, nos acercamos y con voz ya muy debilitada nos informó que le acaban de meter un gol al Zaragoza, en el partido que seguía de reojo en su iPad. Porque Luis era un excelente profesional, un amigo generoso, un trabajador incansable, pero sobre todo y ante todo, un zaragozano exiliado en Madrid. Fuera de Zaragoza, el único lugar donde cesaba su exilio era en el palco del Real Madrid, club del que fue tesorero, miembro de la Junta directiva y Patrono de su Fundación.

Luis se licenció en Derecho por la Universidad Complutense y en Ciencias Empresariales por ICADE. Se casó con Doña Consuelo Sáenz Messía que, junto con los tres hijos del matrimonio, Luis, Diego y Jaime, le han acompañado durante su larga enfermedad.

Su actividad profesional se centró en el Grupo Telefónica, donde ha desempeñado, entre otros, los cargos de Presidente de Telefónica de Argentina, y Presidente de Telefónica de Contenidos, S.A. (Movistar +). Fue además consejero y asesor financiero de numerosas empresas en el mundo de los medios de comunicación, en el que se sentía a gusto, en compañía de Luis Ángel de la Viuda, Manuel Martín Ferrand y tantos otros. Fue presidente de Radio 80; vicepresidente del Grupo 16; adjunto al presidente de Editorial Católica; consejero delegado de Radio España; consejero delegado de Antena 3 Televisión; y vicepresidente de la Corporación Admira Media.

Al margen de su actividad empresarial desempeñó el cargo de viceconsejero de la Diputación General de Aragón durante los años 1978 y 1979.