La gran arqueóloga de la época fenicia

Nacida en Barcelona, catedrática de Prehistoria de la Universidad Pompeu Fabra y directora de su Laboratorio de Arqueología, siendo sus principales líneas de investigación la Arqueología fenicio-púnica y la Protohistoria mediterránea, María Eugenia Aubet era una catalana que en España dedicó buena parte de sus esfuerzos a Andalucía, con dedicación especial a la provincia de Málaga; concretamente a la Bahía de la capital y al yacimiento fenicio del Cerro del Villar.

En la Bahía, sus trabajos, que duraron seis años, permitieron destacar el lugar como foco de colonización fenicia. En el Cerro del Villar, el resultado de las excavaciones realizadas por los equipos que dirigió entre 1987 y 2003 fue crucial para que el lugar fuera considerado como la «ciudad fenicia mejor conservada de Occidente». Según el diario Sur, también facilitó la preservación de un yacimiento «al que los arqueólogos volvieron […] gracias a su empuje».

Fuera de tierras malacitanas, pero sin salir de Andalucía, la profesora Aubet dirigió el proyecto «Poblamiento indígena y esferas de interacción», centrado en la presencia fenicia en la zona de Nerja, que contó con el apoyo de las autoridades locales. También puso el foco sobre los antecedentes fenicios de Carmona, Setefilla y Carambolo. Aunque su labor en España también se centró en otras zonas: baste decir que su primer libro –escribió varios, sin olvidar más de cuarenta artículos académicos en publicaciones especializadas– versó sobre la cueva ibicenca de Curyam, en el que hace la relación completa de las figuras de barro halladas en su interior.

Una abultada trayectoria española, base de su posterior reputación como arqueóloga a nivel internacional: entre 1997 y 2009, su equipo excavó alrededor de trescientas tumbas fenicias, situados en un cementerio fenicio sirio, conocido como la Necrópolis de Tir-Al-Bass, cuyos orígenes remontan a los siglos siglos IX y X antes de Cristo. La profesora Aubet y los suyos lograron extraer cientos de ánforas funerarias, amuletos y joyas. Más adelante, prosiguieron sus trabajos en Tiro, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del Líbano.