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El exdiputado laborista, Ronnie CampbellWikipedia

Ronnie Campbell (1943-2024)

De izquierda extrema, católico, provida y monárquico

Minero durante 29 años, diputado durante 32, fue uno de los pocos laboristas que se opuso a la legalización del matrimonio homosexual en Gran Bretaña

Ronald Campbell

Nació en 14 de agosto de 1943 en Tynemouth y falleció el 22 de febrero de 2024

Minero entre 1957 y 1986, al año siguiente fue elegido diputado por Blyth Valley, escaño que conservó hasta 2019. En Westminster destacó por la coherencia de sus convicciones. Sin embargo, cuando estalló el escándalo de los gastos parlamentarios injustificados, tuvo que devolver 6.200 libras esterlinas al erario: las había usado para obras de renovación en su vivienda.

Ronnie Campbell, diputado laborista entre 1987 y 2019 por Blyth Valley, un distrito electoral obrero ubicado en el norte de Inglaterra, reunía todos los requisitos del buen izquierdista británico: de entrada, prefirió vivir de su pensión de minero, mientras dedicaba el excedente de su sueldo parlamentario a financiar una oficina electoral en el lugar donde los votantes le habían otorgado su confianza. Incluso antes de encontrar piso en Londres, vivió dos meses en un albergue católico para adolescentes sin hogar.

La lista de pruebas de su coherencia ideológica continúa con su oposición a que Tony Blair tomase las riendas del partido en 1994, su incondicional militancia propalestina, su voto contrario a las guerras del Golfo y de Irak –durante la primera viajó incluso a Bagdad para intentar, en vano, que Saddam Hussein entrase en razón– y los tratados europeos o su más que discutible apoyo a Jeremy Corbyn en 2015 en la campaña por el liderazgo laborista. Sin olvidar, claro está, su constante implicación a favor de elevar la presión fiscal o de defender, a su manera –en general, sin ápice de realismo– a las capas sociales menos pudientes en los debates del hemiciclo.

Mas estos compromisos iban acompañados de otros más sorprendentes, como su incondicional defensa de la Monarquía tal y como la encarnaba Isabel II. También Campbell, católico practicante y padre de 5 hijos, solía votar, en contra de las sucesivas ampliaciones del aborto.

Aunque a punto estuvo de fallar en una ocasión: fue en 1987, cuando sopesó seguir la disciplina de partido y oponerse al proyecto de ley de David Alton –el parlamentario provida más influyente del Reino Unido, hoy miembro de la Cámara de los lores– para endurecer los controles antes de abortar. Como recuerda The Daily Telegraph, «su esposa amenazó con denunciarle». Al final, no fue necesario, y años después, en 2013, siguiendo en la misma línea, Campbell fue uno de los 22 diputados laboristas que votó en contra de la legalización del matrimonio homosexual.

Unas sólidas convicciones procedentes de sus mismísimos orígenes: Campbell encarnaba a la perfección el catolicismo obrerista del norte de Inglaterra. En su caso a través de la profesión de minero que ejerció durante casi tres décadas, tras verse obligado a dejar la escuela con 14 años. Se curtió en el pozo Bates, dentro de los límites de su futuro distrito electoral y pronto se involucró en la militancia sindical, concretamente en las filas de la otrora poderosa Unión Nacional de Mineros (Num), participando en las huelgas de 1974 que terminaron llevándose por delante al Gobierno conservador de Edward Heath.

Diez años más tarde, siendo ya dirigente local del Num durante la histórica huelga de 1984-85, fue multado por agredir a un policía y a punto estuvo de interceptar, junto a cuatro piquetes a sus órdenes, la carga de un petrolero. Como el resto de sus compañeros de profesión, Campbell terminó rindiéndose ante la determinación exhibida por Margaret Thatcher. Pero su derrota fue compensada, dos años más tarde, por la obtención de un escaño en la Cámara de los Comunes. ¿Era lo que pretendía? No es del todo seguro.