Fundado en 1910
El exsecretario general del Sindicato Unificado de Policía (Sup), José Manuel Sánchez Fornet

El exsecretario general del Sindicato Unificado de Policía (Sup), José Manuel Sánchez FornetEFE

José Manuel Sánchez Fornet (1959 – 2024)

La Policía Nacional, ante todo

Alma del Sindicato Unificado de Policía durante más de veinte años y defensor intratable de los derechos de sus agentes

El exsecretario general del Sindicato Unificado de Policía (Sup), José Manuel Sánchez Fornet

José Manuel Sánchez Fornet

Nació en 1959 en Sevilla, ciudad en la que falleció el 15 de marzo de 2024

Presente en el sindicalismo policial desde los tiempos en que era una actividad clandestina, en 1988, cuatro años después de la legalización del Sup se convirtió en su secretario en Madrid y, desde 1992 a 2013, en su secretario a nivel nacional. Fue señalado por ETA en diversas ocasiones.

«Dejo la secretaría general con 1.546 euros al mes y sin cambiar de casa, de coche ni de esposa en todo este tiempo. Me voy con dos expedientes disciplinarios y varias querellas pendientes». José Manuel Sánchez Fornet se definió muy bien a sí mismo el día en que abandonó sus funciones como secretario general de Sindicato Unificado de Policía (Sup), tras haberlas desempeñado durante 21 años, entre 1992 y 2013: una honestidad personal fuera de toda duda acompañada de un lenguaje sin pelos en la lengua, sobre todo cuando se trataba de defender los derechos de sus afiliados, independientemente del color político de turno.

A quienes le acusaban de inclinarse hacia el PSOE, respondía inmediatamente que fue el impulsor, en 2008, de la primera manifestación conjunta de sindicatos policiales con Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del ministerio del Interior. Lo mismo cabe decir en lo tocante al PP: bien es cierto que consideraba a Ángel Acebes como el mejor ministro de todos con los que tuvo que vérselas y que impuso la insignia de oro y brillantes del Sup a Agustín Díaz de Mera –director general de la Policía Nacional hasta 2004–, pero también se le recordará como el que acusó al Gobierno de José María Aznar de haber vendido armas y explosivos a ETA. Nada menos.

Si bien la incriminación más fuerte que hizo consistió en airear un borrador –es decir, carente de convalidación definitiva– de la Policía, cuya conclusión era que Jordi Pujol y su familia ocultaban un patrimonio millonario en Suiza. Era 2013 y Sánchez Fornet anticipó un año, uno de los escándalos más graves de la democracia. Mas su imprudencia se saldó con una sanción de 45 días sin empleo y sueldo.

Sería incompleto, con todo, reducir la figura de Sánchez Fornet a sus intervenciones sonoras y contundentes en el debate público. Para entenderla, hay que retrotraerse a los inicios de un sindicalismo policial en España, que solo fue legalizado en 1984, bien entrada la democracia. Este retraso se explicaba por la tardanza en desmilitarizar el Cuerpo Nacional de Policía, heredero de la Policía Armada. Por lo tanto, durante los casi seis años que siguieron a la entrada en vigor de la Constitución, Sánchez Fornet y los suyos defendían sus derechos de modo clandestino. Una etapa que le marcó. Y de qué manera.

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