Fundado en 1910

El empresario Manuel Otero CandeiraGran Bazán

Manuel Otero (1946-2024)

Artífice de la denominación de origen Rías Baixas

De la nada, desarrolló Gran Bazán, una de las más reputadas bodegas de Albariño

Nació el 2 de enero de 1947 en Cambados donde ha fallecido el 28 de abril de 2024

Manuel Jesús Serafín Otero Candeira

Bodeguero

Emprendedor vinícola, su labor al frente de Gran Bazán fue coronada con el nombramiento del «Cabaleiro del Capítulo Serenísimo del Albariño».

Todo empezó en 1965 cuando el emprendedor cambadesés Manuel Otero y Otero, fundador de la conservera del mismo nombre y de Alimentos Arosa, compró una finca en Tremoedo, concello de Villanueva de Arousa, a dos kilómetros de la costa, con la intención de desarrollar una producción vinícola propia, negocio al que atribuía potencial en aquella zona si se le vinculaba con el que le permitió amasar una fortuna. Mas la realización de su sueño incumbió a uno de sus hijos, Manuel Otero Candeira.

Este último, a partir de 1980, se puso manos a la obra. Como indica la web oficial de la denominación de origen Rías Baixas, «se requirieron casi 10 años de preparación de las tierras, búsqueda del mejor método de conducción, selección clonal de las mejores cepas, pruebas de mostos, fermentaciones, etc…, y todo lo relacionado con las prácticas en viñedo para producir una uva excepcional». La segunda fase del negocio, impulsada a partir de 1989, con la construcción de la bodega Granbazán, «orientada al norte para estar siempre fresca, con estilo propio, y, dicho sea de paso, con influencia francesa y en menor medida, indiana», siempre según la misma web.

El resultado es una oferta de vinos muy variada que abarca tres clases de «granbazanes» y uno incorporado a la categoría de vendimia tardía. Una labor de largo recorrido de culminación exitosa en el que jugaron un importante papel técnicas como la crianza en barrica y, en clave comercial, la apuesta de Otero Candeira por la tendencia, hoy consolidada, del enoturismo.

Por lo tanto, el emprendedor vinícola que nunca comparecía en público sin su sombrero cumplió con creces los objetivos marcados por su padre. Y logró, en compañía de otros, la tan ansiada denominación de origen. Tras ceder el paso a la tercera generación de su familia, el negocio fue adquirido en 2017 por Bodegas Baigorri. Sus albariños sobreviven.