El alma de los astilleros de Navantia

De casta le viene al galgo: José Antonio Rodríguez Poch era hijo y nieto de empleados de la legendaria Empresa Nacional Bazán, hoy Navantia, en la que ingresó en 1991, cuando era un joven ingeniero de Organización Industrial. Al cabo de 33 años de servicios prestados, abruptamente truncados por un fallecimiento inesperado en su domicilio de Chiclana, el balance es muy positivo: desde marzo de 2021 era responsable del negocio de Construcción Naval en la Bahía de Cádiz, teniendo a su cargo la denominación oficial de director del Negocio de Corbetas y Buques de Acción Marítima.

Al tomar el mando de ese departamento, la situación era complicada: baste decir que en Puerto Real no se construía un barco desde hacía dos años. Preguntado al respecto por Diario de Cádiz, Rodríguez Poch respondió con tono optimista: «Los talleres han tenido movimiento y es un campo por el que queremos seguir apostando. Tenemos una tecnología que proviene de la construcción naval que vamos a aprovechar en este mercado».

Unos objetivos que cumplió con creces: como recuerda Navantia, «bajo su dirección, los astilleros culminaron la construcción de las corbetas Avante 2200 para Arabia Saudí, un programa que ha elevado la proyección internacional de la compañía. En la actualidad lideraba el programa BAM-IS para la Armada Española, la construcción de un patrullero para Marruecos y el programa FSS de buques logísticos para el Reino Unido».

Sus primeras funciones directivas se remontan a 2005, año en el que fue nombrado jefe de Programa de Sistemas de Combate de la División Técnica del Astillero San Fernando-Puerto Real, en el que transcurrió toda su carrera. En 2012 pasó al Departamento comercial y en 2015 asumió la responsabilidad del área de Integridad Técnica del Programa Avante 2200. En 2017 se hizo cargo del astillero de San Fernando y, dos años después, fue nombrado director gerente de Programas de Defensa. Recorrió, por lo tanto, los departamentos más estratégicos de Navantia, desde que empezara su andadura en el Taller de Electrónica del Departamento de Producción.

Hace apenas un mes, Rodríguez Poch ejerció de anfitrión de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Fue el último acto público de una vida profesional muy fructífera.