Trini Fierro (1921-2024)
De las Carmelitas a Grace Kelly
Un siglo de vida le permitió ser testigo de varios cambios generacionales y a todos se adaptó, sin necesidad de compartirlos, porque sus hijos, luego sus nietos y en sus últimos años, los bisnietos le hicieron de informantes
Trinidad Jiménez-Lopera Álvarez
Personificación de la generosidad
Se casó en una familia con muchas conexiones internacionales. Vivió un tiempo a caballo entre Europa y América. Fue una mujer de valores, muy vinculada al carmelo, pero también a la alta sociedad internacional.
Trini Fierro, nació en Málaga y ejercía de andaluza, con tanto fervor que no perdió nunca su acento andaluz del que estaba orgullosa. Lo mismo que se casó muy joven con Alfonso Fierro y tomó el Fierro marital dejando su Jiménez-Lopera para el DNI, también ha tenido la fortuna de disfrutar de una extensa vida, ha muerto a los 103 años.
Era muy mujer tan familiar como religiosa, numerosos conventos de clausura, especialmente los de la madre Maravillas, saben de su generosidad. En verano alrededor de su casa, en Los Monteros de Marbella, congregaba a su numerosa familia. El resto del año, las reuniones semanales se celebraban en su estupenda casa de Puerta Hierro, llamada La Mirada, con uno de los jardines más refinados de la zona porque Trini tenía mano y gusto para la jardinería. Allí se han concentrado las tradicionales celebraciones familiares, comuniones, pedidas de mano y alguna boda como la de su hija Carmen, que pasó a ser la marquesa de Estepa, al casarse con Borja de Arteaga.
Trini era cuñada de Cuqui Fierro, más excéntrica pero otra gran señora de la sociedad española, que recibe como nadie y con la que ha compartido un tipo de vida que se extingue. El circulo de los Fierro era muy internacional y de hecho tuvieron casa abierta tanto en Europa como en Estados Unidos. Lo mismo alternaban con Ricardo Sicre, que luego se supo que era espía, que recibían en su casa a Rainiero y a Grace de Mónaco.
Admiradora del arte en todas sus facetas, tenía el don de recibirte para almorzar con una mesa, que en nada envidiaba a la del cercano Palacio de Oriente, que apreciaba un cuadro de Dalí o te hacía un bouquet de flores. Era una mujer tan elegante que hasta los modistos que la vestían, Carolina Herrera, Pedro Rodríguez, Elio o el dominicano, Oscar de la Renta, pasaban a convertirse en grandes amigos. Frecuentó mucho a Pepita Saltillo y a Cayetana de Alba, también al decorador Duarte Pinto Coelho porque Trini tenía un sexto sentido para la decoración y las antigüedades.
Un siglo de vida le permitió ser testigo de varios cambios generacionales y a todos se adaptó, sin necesidad de compartirlos, porque sus hijos, luego sus nietos y en sus últimos años, los bisnietos le hicieron de informantes. Aunque ella se mantuvo en su exquisita y discreta forma de vida muy alejada del expuesto mundo virtual actual. Su boda fue un acontecimiento social para la época y seguro que su funeral también será recordado por lo buena persona y lo mucho que ayudó.
El entierro fue privado y familiar en el cementerio de El Pardo, donde la familia Fierro tiene sus panteones, pero con toda seguridad, el próximo lunes 3 de junio, su funeral en los jesuitas de Serrano (donde se casó el alcalde Martínez Almeida) será multitudinario porque la Excelentísima Señora, Doña Trinidad Jiménez-Lopera, Trini Fierro, ha sido una gran señora y una matriarca que ha sabido hacer familia.
Deja cuatro hijos, Alfonso casado con Marita March, Carmen marquesa de Estepa por su matrimonio con Borja de Arteaga, Juan Carlos casado con Sofía Domecq y Margarita con Luis Rojas Maestre, además de once nietos y bisnietos.