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El especialista en aparato digestivo, el Dr. José Miguel Esteban

José Miguel Esteban (1942-2024)

En memoria de un gran médico

El presidente Aznar le pidió que se hiciera cargo de la dirección del grupo operativo sanitario de la Presidencia del Gobierno. José Miguel modernizó este departamento responsable de la asistencia médica de la Presidencia y de las personalidades extranjeras de visita en España

Nació el 21 de mayo de 1942 en Madrid donde ha fallecido el 29 de junio de 2024

José Miguel Esteban Bernáldez

Gastroenterólogo

Miembro de una dinastía de médicos, formaba parte de la quinta generación. Estudió en el colegio del Pilar en la calle Castelló de Madrid. Recibió la encomienda del mérito civil. Estaba casado con María Teresa López-Jamar Caballero desde 1970.

El pasado 29 de junio fallecía repentinamente el doctor José Miguel Esteban Bernáldez. José Miguel era una institución en la medicina madrileña. A su vocación dedicó por entero una vida fecunda en lo profesional y lo personal. Quinta generación de médicos, el Dr. Esteban ejerció como especialista en aparato digestivo en el Hospital de San Carlos, en su consulta privada y posteriormente en el Hospital Ruber Internacional. Miles de pacientes se beneficiaron no sólo de su ciencia sino también de la forma en la que la ejercía. Meticuloso, atento y metódico, transmitía sosiego y generaba esa confianza que surge de la capacidad de escucha, de la experiencia, del conocimiento y la empatía hacia quien acudía a él en búsqueda de diagnóstico y tranquilidad. José Miguel Esteban tenía un extraordinario «ojo clínico». Más de uno de sus pacientes y amigos comunes me explicaron admirados cómo la capacidad de José Miguel para ver lo que otros podían pasar por alto les libró de sufrir problemas mucho más serios.

Conocí al doctor Esteban en 1996, cuando el presidente Aznar le pidió que se hiciera cargo de la dirección del grupo operativo sanitario de la Presidencia del Gobierno que dependía de la Secretaría General que yo ocupaba. José Miguel modernizó este departamento responsable de la asistencia médica de la Presidencia y de las personalidades extranjeras de visita en España así como de la coordinación del dispositivo sanitario de las reuniones internacionales celebradas en nuestro país que fueron muchas y muy relevantes en aquel periodo. Desde la cumbre de la OTAN de 1997 hasta las diversas reuniones de la Presidencia española de la Unión Europea de 2002 que además de los consejos a nivel ministerial celebró sendos Consejos Europeos en Barcelona y Sevilla. El doctor Esteban incorporó grandes profesionales y dotó al departamento de más y mejores medios para asegurar el desempeño eficaz de una gran responsabilidad, en tiempos de graves riesgos para la seguridad personal. La Cruz del Mérito Civil de la que tan orgulloso se sentía fue un reconocimiento, con toda seguridad escaso, de quien hizo de la medicina también un compromiso de servicio público en el máximo nivel.

Compañero en muchos viajes en los que José Miguel y sus colaboradores tenían que emplearse para asistir a los miembros de la delegación oficial y a más de un periodista, recuerdo con especial afecto nuestras conversaciones. José Miguel era un hombre generoso en todo y esta virtud marcaba su talante, su prudencia y su simpatía. Desde entonces, todo lo que aprecié en un gran amigo como José Miguel no sólo se confirmó con los años, sino que fue creciendo. Escuchar a los que trabajaron a sus órdenes da idea de la huella que ha dejado, una huella de admiración y reconocimiento. Compartir con muchos de sus amigos la despedida que le dimos hace una semana fue a la vez compartir nuestro testimonio de igual admiración.

Allí pudimos abrazar a su viuda, Mayte López-Jamar, con su imponente presencia de ánimo, a Mayte su hija mayor, a José Miguel, un excelente profesional que asegura la continuidad de la estirpe médica familiar en la sexta generación, y a Itzi, la pequeña de los Esteban. Allí comprobamos el amor de sus nietos Santi, Nico, Teresa, Martina, Victoria, Casilda y Álvaro. Como dijo su nieta Teresa en la Misa en que le despedimos, ahora a José Miguel le toca descansar. Y precisamente porque después de una vida tan plena nuestro amigo José Miguel, mi amigo José Miguel, descansa ya, su recuerdo será imborrable y como ocurre con los hombres virtuosos, la tierra le será leve.

  • Javier Zarzalejos fue secretario general del Presidencia del Gobierno entre 1996 y 2004