Clara María González de Amezúa (1929-2024)
La gran dama de la gastronomía española
A través de la creación de Alambique, impulsó la modernización de las artes culinarias
Clara María González de Amezúa y Noriega
Personaje esencial de la gastronomía española contemporánea, creó la tienda de utensilios Alambique, negoció que se extendió posteriormente a la escuela de gastronomía homónima. En 2015 fue galardonada con el Premio Nacional de Gastronomía.
Agustín González de Amezúa, insigne intelectual de la primera mitad del siglo XX que llegó a ser presidente de la Real Academia de la Historia, no estaba muy por la labor de que su hija Clara emprendiese estudios universitarios. Sin embargo, sí veía con buenos ojos que la joven acudiese al restaurante Horcher a que el fundador del establecimiento le llenase las bandejas que ella traía de casa, si bien pronto decidió que su tarea excedería el mero recado, pues se quedaba observando cómo se elaboraban los platos del lugar donde ya se servía la mejor comida de Madrid.
Ese fue el origen de una pasión por la gastronomía. Para profundizar en el conocimiento de la materia, puso rumbo a Francia para seguir una formación en Le Cordon Bleu y en la Escuela de Cocina de Varenne, sitas ambas en París y referentes de primer orden de las artes culinarias. Aunque hubo de esperar hasta los setenta para poner en marcha su propio negocio. El detonante fue un viaje a Estados Unidos en el que hizo varios descubrimientos: en Nueva York, diversos utensilios de cocina totalmente desconocidos en España, como el prensador de ajos, y en Chicago demás complementos.
Ahora, para González de Amezúa, se trataba de adaptar el modelo en España. Pensó que la mejor manera de empezar consistía, probablemente, en abrir una tienda en Madrid. Así fue como abrió la tienda de utensilios Alambique en compañía de otras tres socias, Helena Lind, Giuliana Calvo Sotelo y Amparo Soler. Era la primera etapa de un plan más ambicioso, pues como explica a El Debate el exministro Íñigo Méndez de Vigo, miembro de la Real Academia de Gastronomía, González de Amezúa «fue una persona que comprendió en los años 70 la importancia de la gastronomía para un país como España donde el turismo es una parte capital del Pib».
De ahí que su proyecto tuviera una segunda etapa, una vez consolidada la primera, mediante la creación de una escuela de gastronomía, también llamada Alambique, en la que han impartido clases cocineros de la talla de Alain Ducasse o Abraham García. Y con una ración más de prestigio para González de Amezúa, pues, como añade Méndez de Vigo, «estuvo desde el principio entre los miembros más activos de la Cofradía de la Buena Mesa, presidida por el conde de los Andes». También colaboró con el Ministerio de Agricultura, el Icex y el Consejo Oleícola Internacional, defendiendo siempre a la gastronomía española.