Brillante perpetuador de su estirpe

Vinculados al mar desde, por lo menos, el siglo XVIII –uno de sus iniciadores fue José María Alvargonzález Zarracina, un ilustrado protegido por Gaspar Melchor de Jovellanos–, la epopeya contemporánea de la estirpe asturiana comienza en los años posteriores a la Guerra Civil con la fundación de la 'Empresa Naviera Romualdo Alvargonzález Caso' a cargo del emprendedor del mismo nombre, sucedida a su vez en diciembre de 1955 por la «Naviera Alvargonzález», creada a su vez por Juan Alvargonzález González de la Buelga (1919-2013), uno de los referentes del sector en España.

Dos de sus hijos —eran once en total—, Romualdo y Gonzalo, fallecido en Madrid el pasado 5 de octubre, ampliaron el negocio en 1994 al entrar, en calidad de accionistas minoritarios, en el capital de otra naviera, Ership, que se encontraba en suspensión de pagos. Posteriormente, se hicieron con el control total de la empresa, a la que convirtieron en rentable: hoy en día, está presente en alrededor de 40 puertos en Europa, Iberoamérica, Norteamérica y Asia. Sin embargo, han mantenido el corazón de la actividad en Gijón, principalmente en el puerto de El Musel.

Durante casi treinta años ambos hermanos supieron repartirse las tareas para asegurar la buena marcha de la empresa, sin que mediaran desavenencias entre ellos. El binomio se truncó trágicamente el último día de 2022, cuando un remolque lleno de paja y desligado de su camión se llevó por delante la vida de Romualdo en una autopista cercana a la localidad cántabra de Cartes.

Desde entonces, Gonzalo asumió la dirección de Ership, —que combinó con la vicepresidencia de la patronal naviera española y su participación en el influyente Baltic International Martime Council— prosiguiendo el solvente modelo durante más de año y medio hasta que una enfermedad ha terminado con su vida. Pero dos muertes en un plazo de tiempo tan breve no descabezan a la empresa: en ella ya se han integrado nuevas generaciones de la estirpe, dispuestas a perpetuarla.