Benigno Moure (1932-2024)
Benigno Moure y el modelo asistencial para mayores
Deja como legado una larga trayectoria vinculada a la Iglesia y una amplia actividad como fundador y presidente de la Fundación San Rosendo, desde la que llegó a gestionar 70 centros repartidos por toda Galicia y con especial presencia en Orense y su provincia
Benigno Moure Cortés
Sacerdote
Muy vinculado desde su juventud a la diócesis de Salamanca y responsable de la atención a los jóvenes de Acción Católica, fue reconocido tardíamente por la Xunta de Galicia que le otorgó la 'Medalla Castelao' en 1993.
Dijeron de él que dedicó su larga vida a hacer el bien y a extender la fe, desde su temprana vocación sacerdotal. Esta afirmación define a Benigno Moure Cortés, que acaba de fallecer y que deja en acción dos recuerdos específicos: su prolongada labor pastoral y los frutos que se desprenden de la Fundación San Rosendo, de la que fue creador, extendida como una red del bien por todo el territorio de Galicia. Este sencillo sacerdote poseía una especial sensibilidad en torno al ámbito y las misiones que corresponden en nuestro tiempo a los servicios sociales. Sus más próximos recuerdan estos días que todos y cada uno de los días vividos hasta alcanzar los 92 años fueron una entrega generosa a paliar las necesidades de la gente, sobre todo mayor.
Entendía que era responsabilidad de todos extender la ayuda a todo aquel que la necesitara en un tiempo especialmente convulso. La Fundación San Rosendo puso en marcha una concepción dinámica, extensiva y eficiente para aprovechar los recursos que sabía administrar, en su caso, con algunos problemas. Más de 4.000 mayores se beneficiaron de su existencia, al tiempo que promovía la solidaridad y el empleo derivado de su propia actividad, centrada inicialmente en la provincia de Orense pero que se extendió por toda Galicia.
La obra de Benigno Moure escogió como padrino a San Rosendo, pues consideraba ejemplar la propia vida y trayectoria de este santo y su vinculación a Galicia, fundador del monasterio que desde hace siglos preside el centro de la villa de Celanova en la provincia de Orense. Muy vinculado desde su juventud a la diócesis de Salamanca y responsable de la atención a los jóvenes de Acción Católica, fue reconocido tardíamente por la Xunta de Galicia que le otorgó la 'Medalla Castelao' en 1993, su labor fue alabada por la sociedad gallega por su sentido innovador en las atenciones sociales, especialmente a las personas mayores que no contaban con el adecuado resguardo familiar para ser atendidos y llevar una vida digna. Fue presidente hasta 2011 de la entidad que creara y de la que actualmente era presidente honorario perpetuo.
Se dice que revolucionó el sentido de las residencias geriátricas para que dejaran de ser meros aparcaderos de anciano, sino centros activos de asistencia y actividad para los mayores. Cambió el concepto y la extensión de las tradicionales residencias en viviendas colectivas, dotadas de todos, donde las personas allí alojadas pudieran conservar los modelos y exigencias de su vida ordinaria. Estos cambios le procuraron algunos sinsabores, pues no todo el mundo consideró acertadas algunas de sus decisiones y la política de gestión y administración de estos centros.
En todo caso, su fallecimiento ha sido ampliamente sentido en Galicia, y de ello son prueba los numerosos testimonios de pesar y el recuerdo positivo de su labor social.