¿Pobreza energética? Ahora sí
Cuando gobernaba España el Ejecutivo de Mariano Rajoy, la pobreza energética que denunciaba con grandes alaridos la izquierda, corregida y aumentada por sus terminales mediáticas, situaba el coste del megavatio en 68 euros. Vamos camino de los 300 y no escucho a nadie de esa banda ideológica decir ni una palabra de la pobreza energética. Ya sé que esto lo escribí todavía la semana pasada, pero siguiendo a André Gide, un viejo pensador comunista: «Todo está dicho, pero como nadie hace caso, hay que repetirlo mil veces». Créanme que me gustaría no tener que hablar ni escribir sobre esta cuestión. Preferiría poder comunicarles que todo está bien y que la inflación está controlada y por eso nuestro Gobierno destina todos los esfuerzos a hacer una política diplomática a reivindicar el legado de España en América. De esta manera contrarresta todas las mentiras que se inventa una izquierda cada vez más ignorante y revanchista. Pero no. La terca realidad es que la luz es más cara que nunca en la historia y el Gobierno de Sánchez no hace nada por arreglarlo y ahora sí hay pobreza energética. Estoy esperando el llanto de Ada Colau, Irene Montero y Pablo Iglesias. A esta hora no hay eco alguno de su aflicción.