El cambio de hora
Lo malo es cuando estamos en manos de Gobiernos que se pasan el día entero hablándonos de los «informes de los expertos» y después no existen ni los informes, ni los expertos. Pero esas mentiras tan comunes en el ámbito de Pedro Sánchez son inimaginables en el de la Comisión Europea
Hace ya varios años que desde las instituciones comunitarias se nos comunicó que lo del cambio horario en función de la estación del año se iba a acabar. Todos hemos tenido una hora más para dormir esta noche y a mí no me ha perjudicado nada. Efectivamente, al levantarme esta mañana a una hora similar a la del domingo pasado, para irme a hacer ejercicio a la calle, había una luz abundante pese a las nubes y la lluvia. La idea que algunos genios habían tenido era que quien se levantase hoy a las 8:00 de la mañana lo hiciese a oscuras manteniendo todo el año el actual horario de verano.
No voy a pretender a estas alturas de mi vida que soy madrugador. Creo justo decir que sólo me caigo de la cama un día a la semana por el placer de intervenir en Onda Madrid con Juan Pablo Colmenarejo, un lujo radiofónico. Pero, aún sin madrugar, es evidente que es bueno para todos el que cuando la mayoría de los ciudadanos están camino de sus puestos de trabajo sea de día y no de noche. Entre otras cosas, porque, por razones evidentes, la luz del día te anima y la noche te adormece. Para asumir tus responsabilidades es mejor llegar a tu puesto laboral con luz que en la oscuridad. De noche ya tienen que llegar los que trabajan en turnos nocturnos en cualquier época del año. Esos son una minoría de la población.
Lo curioso de este caso es que desde la Comisión Europea se nos anunció hace un lustro que en 2019 se suspendería el cambio horario y después que ese cambio se acabaría este año. Pero esta madrugada lo hemos vuelto a hacer y todo indica que estamos lejos de que esto se acabe. Yo debo confesar que estoy encantado. Quizá porque he vivido toda mi vida con este sistema, estoy muy acostumbrado a los ajustes de sol en las madrugadas y en los atardeceres. Y aprecio las ventajas que tienen para el común por más que muchos lo descalifiquen.
Lo que me parece peor de todo esto es la confusión que se crea en la ciudadanía hablando constantemente de cambios que nunca llegan. Esta no es una cuestión de vida o muerte. No es imprescindible hacer el cambio o dejar de hacerlo. Igual que yo soy partidario de mantener el sistema actual, habrá otros contrarios. Pero estoy seguro de que sobre los sentimientos de unos y otros podrá haber argumentos más o menos científicos. Lo malo es cuando estamos en manos de Gobiernos que se pasan el día entero hablándonos de los «informes de los expertos» y después no existen ni los informes, ni los expertos. Pero esas mentiras tan comunes en el ámbito de Pedro Sánchez son inimaginables en el de la Comisión Europea. Porque, por más que les duela a los euroescépticos, hoy por hoy puede haber más transparencia en las instituciones europeas que en el Gobierno de España. Bueno, bien pensado, también hay más transparencia en el ayuntamiento de Alcaudete de la Jara que en la Moncloa.