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Casado se equivoca (y mucho)

No hay nada más negativo que pueda hacer un partido político que crearse un problema a sí mismo donde no lo hay. Para eso ya tienes rivales, incluso enemigos, pero heridas así sólo se las autoinfligen los suicidas

El espectáculo que está dando estos días el Partido Popular en torno a la sección madrileña de la formación es verdaderamente bochornoso. Es difícil hacer las cosas peor. No hay nada más negativo que pueda hacer un partido político que crearse un problema a sí mismo donde no lo hay. Para eso ya tienes rivales, incluso enemigos, pero heridas así sólo se las autoinfligen los suicidas. Y hay ratos en que el PP, tan justamente contrario a las leyes que acaban con la vida de los seres humanos, parece querer suicidarse.

Isabel Díaz Ayuso es hija política de Pablo Casado. Cuando se presentó a las elecciones regionales, no la conocía ni el 10 por ciento de los potenciales votantes del PP. En dos años ha encarnado el mayor triunfo político de Casado al demostrar que la actitud de fuerza del presidente del PP contra Vox cuando Abascal presentó la sedicente moción de censura contra Sánchez, que en realidad lo era contra el PP, se transformaba ocho meses más tarde en que el PP se comía todos los escaños de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid sin quitar uno solo a VOX. Es decir, el PP ganaba votos hacia el centro, que es la única forma de sacar de la Moncloa a Sánchez y los comunistas. Una vez en la cumbre del éxito, lo siguiente ha sido embarrar el terreno y empezar a perder intención de voto. Yo no sé cómo de exagerada está por algunos medios de comunicación la verdadera colisión entre Casado y Ayuso o entre la presidenta del PP madrileño y un señor de Murcia. Lo que sí sé es que, en lugar de disminuir la gravedad del choque mediático, este crece cada día con un daño que se puede convertir en irreparable.

La democracia española vive uno de los momentos más graves de su historia: el Gobierno denuncia las sentencias del Tribunal Constitucional que establece la violación de los derechos básicos perpetrada por el Ejecutivo sin que eso tenga ninguna consecuencia; España puede quedarse sin suministros de gas porque no hemos hecho nada desde que hace más de un año se anunciara el cierre del gaseoducto desde el que Argelia nos enviaba esa energía vía Marruecos; llegó el cierre y el Gobierno miraba para otro lado, con un par; el precio de la luz está en cifras que hubieran provocado barricadas en las calles si se hubiera llegado a ese coste con el PP en el poder; Instituciones Penitenciarias permite la salida de un asesino que había confesado que podría no contener su impulso a volver a matar y aquí no dimite nadie… Los ejemplos son infinitos. Pero el Partido Popular está dedicado a sus luchas internas. Consiguen que los informativos de todos los medios abran con sus crisis internas en lugar de hablar de los males que asolan a todos los españoles. Verdaderamente, a Sánchez se las ponen como a Fernando VII.

Ya va siendo hora de que el presidente del PP se dé cuenta de que se equivoca porque lo que su partido está viviendo estos días tiene una interpretación muy fácil: si no eres capaz de dirigir, coordinar e integrar las varias legítimas familias que tiene el PP, ¿cómo vas a dirigir un Gobierno de coalición con Vox? Si Casado aspira de verdad a ser el próximo presidente del Gobierno esta crisis en un vaso de agua debe terminar hoy mismo y Díaz Ayuso tiene que ser presidente del PP de Madrid el 1 de enero mejor que el 2. Ellos sabrán.